[Entrada publicada originalmente el 08.03.2010 en el Blog de Inteligencia Emocional de EITB, desaparecido el 01.07.2024]
El lema de la campaña de Emakunde para el Día Internacional de las mujeres de 2010 reza: “Muchas horas y poco tiempo”. Pero el cartel va más allá: Muchas horas para el trabajo, las tareas domésticas y de cuidado... y poco tiempo para actividades sociales, cultura, ocio. Da qué pensar...
Como señala Emakunde la campaña parte de estas realidades:
- Existe
un desequilibrio entre los usos del tiempo personal, social, familiar y
laboral de las personas.
- Existe
un uso diferenciado del tiempo por parte de las mujeres y los hombres en
el ámbito privado y público.
- La
falta de redistribución del tiempo de trabajo doméstico y de cuidados
entre mujeres y hombres genera un uso diferencial del tiempo en el ámbito
público por parte de mujeres y hombres.
- La
falta de redistribución del tiempo de trabajo en el ámbito privado genera
consecuencias negativas en la posición, autonomía económica, condiciones
de vida y salud de las mujeres
- El
uso diferencial del tiempo de mujeres y hombres constituye un importante
freno para el avance en el objetivo de la igualdad. Este último punto
me parece el más significativo y, en cierta medida, engloba a los demás.
Mientras no exista un uso equitativo del tiempo no podrá haber igualdad
real de oportunidades. Y no es sólo un problema de las mujeres...
Igualmente, Emakunde indica que “según los últimos datos de la Encuesta de presupuestos del tiempo (2008) de EUSTAT, las mujeres emplean en las labores domésticas 3 horas y 33 minutos al día, 2 horas y 4 minutos más que los hombres. (...) En cuanto al cuidado de las personas del hogar, ya sean menores o personas mayores, a las mujeres esta actividad les ocupa 2 horas y 18 minutos, mientras que a los hombres 1 hora y 41 minutos”. Si multiplicamos esto por 7 días a la semana... da mucha diferencia en dedicación, y en tiempo de uso personal.
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