jueves, 20 de julio de 2023

La acción tutorial y la salud mental

 


A continuación recogeré (y comentaré) algunas notas sobre la conferencia “Protección y promoción de la salud mental desde la acción tutorial” impartida por Susana Gorbeña en el marco de la Jornada del Tutor 2023 (Universidad de Deusto, Bilbao, 6 de julio).

Empecemos señalando algunas premisas y un apunte sobre el contexto. Según el Plan de acción tutorial de la Universidad de Deusto la función del tutor, tutora es: facilitar el desarrollo integral, velar por el desarrollo global, encaminar hacia la madurez al alumnado. El alumnado universitario está en una etapa muy importante de su vida, en un momento madurativo crítico en el que se consolidan identidades, en el que se dan procesos de exploración y compromiso, se toman decisiones que se viven como críticas, adquieren competencias personales y profesionales, están formulando su proyecto de vida… Es importante abordar el tema de la salud mental desde un enfoque salutogénico (enfocado en el florecimiento humano, en el desarrollo del pleno potencial) y no sólo patogénico (centrado en los problemas y déficits, en curar y paliar), en línea con la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS, 2023). Y en cuanto al contexto en el que vive nuestra juventud, son muchos los retos que afrontan: empleo, emancipación, sexualidad-género-afectividad, digitalización, sostenibilidad, efectos del Covid-19 (los estudios dicen que el colectivo universitario ha sido uno de los más afectados por la pandemia).

En un estudio de 2018 de la Organización Mundial de la Salud realizado en 19 universidades de 8 países (Australia, Bélgica, Alemania, México, Irlanda del Norte, Sudáfrica, España, Estados Unidos) a estudiantes de primer curso se muestran unos datos que dan mucho que pensar: el 35% de los y las estudiantes de primero tienen algún problema de salud mental; el 20% de las personas encuestadas señalan que tiene limitaciones severas en su día a día debido a trastornos o malestar mental (Auerbach et al., 2018).

La pandemia ha empeorado las cosas. Todos los indicadores de malestar han subido y los de bienestar han bajado. Se ha mejorado algo, pero todavía no llegamos a los datos prepandemia. En 2021 se dieron los datos más altos de suicidios desde que hay registros. “En 2021, según los datos publicados por el INE el 19 de diciembre de 2022 han fallecido por suicidio 4.003 personas en España, una media de 11 personas al día; un 75% de ellas varones (2.982) y un 25% mujeres (1.021). Así, 2021 se convierte en el año con más suicidios registrados en la historia de España desde que se tienen datos (año 1906)” (FSME, s.f.).

¿Qué se puede hacer? Como ya hemos señalado, por un lado hay que atender a los problemas, afrontar el malestar, pero también hay que proteger y promocionar la salud; una y otra actuación exigen estrategias diferentes.

Para afrontar el malestar los y las tutoras tenemos un papel clave en la detección de problemas. Eso supone escuchar, preguntar sobre salud sin líneas rojas (por ejemplo temas de suicidio o género) para derivar a quien corresponda [Servicio de Orientación Universitaria (SOU), recursos comunitarios, etc.]. Las personas tenemos necesidad de compartir lo que nos pasa. A veces ‘gritamos’ para que nos echen un cable del que agarrarnos. Todo esto ayuda a estar menos mal, pero no es el objetivo único. Susana puso un ejemplo muy gráfico: Dejar las ideaciones suicidas no te hace una persona feliz.

¿Qué más se puede hacer? “La educación tradicional se ha centrado en transmitir las herramientas necesarias para el éxito académico y profesional del individuo, y el progreso del alumno se mide de acuerdo con su desempeño dentro de este paradigma limitado del éxito. Varias décadas de investigación rigurosa internacional nos han demostrado que existen herramientas para generar los elementos del bienestar, y que estas se pueden enseñar y aprender. Más aún, estas herramientas se deben enseñar, ya que el bienestar tiene valor intrínseco (el ser humano innatamente desea la felicidad) y valor instrumental (la felicidad genera beneficios como salud física, éxito profesional y personal, mejores relaciones con otros, y menor violencia y consumo de drogas entre adolescentes, entre otros)” (Adler, 2016: 50). Este enfoque del florecimiento parte de unos principios clave: 1) Mentalidad de crecimiento. La persona tiene que estar convencida de que puede hacer algo para cambiar. Si tengo la creencia de que lo que me ha tocado es así, y no se puede hacer nada, no hay cambio posible. 2) Tiene que existir una actividad intencional sostenida. Igual que para mejorar la salud física hay que hacer ejercicio físico de forma constante, para mejorar la salud mental hay que ‘ejercitarse’. 3) Hay que tener muy claro que existen diferencias importantes entre los individuos. 4) Es necesario un equilibrio entre lo positivo y lo negativo, y que lo positivo prevalezca ligeramente. En la vida nos encontramos tanto con cosas positivas como negativas. No se trata de ver todo de color de rosa, del “si quieres, puedes”, “do not worry, be happy”, etc.

Dicho esto, Susana presentó, algunas estrategias para cultivar la salud mental y el bienestar y para que, desde nuestra propia experiencia, podamos guiar, aconsejar y orientar:

  1. Acompañar en la clarificación de su concepto del bienestar, de la felicidad y el desarrollo personal. Es importante detectar y ajustar las creencias erróneas.
  2. Fomentar el cultivo de las emociones positivas. Véase el modelo de ampliación-construcción de emociones positivas de Barbara Fredrickson Lee, profesora de la Universidad de Carolina del Norte (Castro, 2023).
  3. Ayudar a identificar y utilizar las fortalezas distintivas personales. Todas las personas somos buenas en algo y deberíamos capitalizarlo. Es mejor construir y crecer a partir de las fortalezas que ya tenemos. Podemos encontrar una herramienta muy útil, el Cuestionario VIA de Fortalezas Personales [es gratuito, pero hay que registrarse], en la web Authentic Happiness de la Universidad de Pennsylvania desarrollada por el Positive Psychology Center, dirigido por el Dr. Martin E. P. Seligman (uno de los padres de la psicología positiva). 
  4. Reflexionar y explicitar el sentido y el propósito de vida. Existen muchas herramientas para esto: escritura expresiva, contrastar con otras personas, el visionado o lectura de materiales [uno de mis libros favoritos es El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl]. Hace un tiempo escribí una entrada de blog relacionada con el tema del sentido, Sobre los talentos.  
  5. Concretar objetivos vitales. Es importante que nos proyectemos hacia el futuro desde un optimismo realista.
  6. Salir de la ‘zona de confort’. Cambiar, salirse de las rutinas y lo conocido cuesta, pero es la forma de crecer, de adquirir nuevas experiencias, ideas, pensamientos, hábitos, etc.
  7. Cultivar actividades terapeúticas y de crecimiento.
  8. Fomentar la participación en la vida universitaria.
  9. Incidir en el aprendizaje significativo.
  10. Otras: promover la autoaceptación, el optimismo, la resiliencia, el afrontamiento, etc. 

Sin duda, una invitación estimulante para cualquier tutor o tutora, para cualquier persona… Crecer, cuidar la salud, promocionar el bienestar y acompañar a otras personas en su camino.


Referencias