[He publicado esta entrada el 24.05.2024 en el Blog de Inteligencia
Emocional de Eitb-desaparecido el 01.07.2024]
Recientemente he 'devorado' un libro maravilloso que animo a leer: El niño que se enfadó con la muerte, de Enric Benito [los beneficios son para SECPAL - Sociedad Española de Cuidados Paliativos]. Tengo que reconocer que me ha conmovido hasta las lágrimas y me ha dejado un muy buen “sabor de boca”. Un par de días después asistí en Bilbao a la presentación del mismo organizada por la Fundación Pía Aguirreche en formato mesa redonda (se puede ver aquí). En palabras del autor, que confiesa ser ‘ese niño’: "El viaje del niño que se enfadó con la muerte me ha llevado a desvelar la realidad, a experimentar que la muerte no existe y a comprobar repetidamente que nuestra naturaleza es belleza, verdad y bondad, y que nunca ha estado amenazada" (p. 182). En estas líneas remarcaré algunas ideas tomadas tanto del libro como de la presentación. [Cuando en una cita aparece número página hace referencia al libro. Si no la hay es una idea tomada de la presentación de libro].
He elegido como título “La muerte no existe” porque es una idea
que puede chocar, pero que es muy interesante y reconfortante. Seguramente sólo
se puede hacer esa afirmación cuando has superado el miedo a la muerte, algo
que no está muy extendido. Como señala Enric tenemos que domesticar los miedos y la incertidumbre. “Quien pierde
el miedo a la muerte no tiene miedo a nada y aprende a vivir con plenitud,
descubre que el amor es más fuerte que la muerte”. Nuestra naturaleza, nuestra dimensión
trascendente no está en peligro. “Cuando has descubierto que no tienes una
vida, sino que la vida te tiene a ti, que formamos parte de ella y estamos
conectados, puedes empezar a vivir fluyendo desde esta fuente de vida que te
inspira, especialmente en los momentos de mayor incertidumbre o dificultad, y
aprendes a confiar en esta sabiduría, que te guía a un destino mejor del que
eres capaz de imaginar” (p.210).
La muerte puede
producir tristeza, nostalgia, pero también paz. “La tristeza es emocional y
la paz es espiritual. La tristeza es una emoción que suele surgir ante la
pérdida de algo o de alguien querido; la paz se experimenta a nivel espiritual,
y, cuando pierdes a un ser querido, es normal y adaptativo sentir tristeza,
pero, cuando ves que la persona parte habiendo conseguido tener paz y tú
sientes que has hecho las cosas como creías que se debían hacer, tienes también
paz” (p.167).
La muerte es un proceso que tiene mucho paralelismo con el
nacimiento, se podría hablar de “murimiento”. En el proceso de morir se pueden
ver tres etapas: resistencia, aceptación
y trascendencia. “La primera reacción suele ser el caos, expresado con
lucha, resistencia: «No puede ser», «no quiero», «soy demasiado joven», «no hay
derecho», «aparta de mí este cáliz». Conforme la realidad se va imponiendo, las
resistencias se disuelven y podemos pasar a la entrega, es decir, a la
aceptación de la realidad o al hágase tu
voluntad. Y, tras la aceptación, surge la etapa que menos se conoce y que
es consecuencia de lo anterior: la trascendencia. Por medio de la aceptación,
accedemos a otro nivel de conciencia que ni imaginábamos; se caracteriza por la
paz y el gozo que encuentra el enfermo cuando ha soltado y atravesado el
rechazo de lo que no podía cambiar” (p.180).
“En el «borde» es donde está la mayor
intensidad y riqueza de la vida”. Acompañar a quien está haciendo la última
fase del camino tiene premio, es un regalo. Puede ser transformador para la
persona que acompaña como para quien es acompañada. ¿Qué se necesita para acompañar bien? Sabiduría y compasión. “Con
sabiduría sin compasión, puedes entender, pero no puedes ayudar, y, con
compasión sin sabiduría, te puedes llegar a quemar. La sabiduría te lleva a
recordar que eres solo una herramienta y que lo que pasa a partir del momento
en el que ofreces tu espacio de seguridad y de confianza ya no depende de ti.
Eres responsable de tu esfuerzo, pero no de los resultados de tu esfuerzo ni,
por tanto, de lo que le pasa al otro” (p.188). Y la compasión, que es empatía
en acción, “es el nombre que toma el amor cuando se encuentra con el
sufrimiento de otro al que reconocemos en su dignidad, y nos permite ver que,
detrás de su apariencia de vulnerabilidad, posee la misma profundidad que nos
sostiene a todos. La compasión se manifiesta con ganas de ayudar a aliviarlo
desde la simetría moral al sentir que yo formo parte de la misma especie y de
la misma realidad” (p.186). ¡Qué
importante es el concepto de simetría moral! El modelo más habitual en el
entorno sanitario es el paternalista, el/la profesional es quien sabe y
ayuda al/ a la paciente. ¡Es fundamental
cuidar la propia espiritualidad para acompañar bien!
Referencias
- Al final de la vida https://www.alfinaldelavida.org/
- Al final de la vida (2019, 21 diciembre). Preparando el viaje definitivo. Dr. Enric Benito [archivo de vídeo] https://www.youtube.com/watch?v=0n-8ONIu-XU
- Al final de la vida (2019, 28 diciembre). Acompañar a un ser querido en el proceso de morir. Dr. Enric Benito [archivo de vídeo] https://www.youtube.com/watch?v=O8XPgcFEjFM
- Al final de la vida (2024, 12 marzo). Entrevista a Enric Benito [Nuevo Libro: "EL NIÑO QUE SE ENFADÓ CON LA MUERTE"] [archivo de vídeo] https://www.youtube.com/watch?v=X90bLwbNv2g
- Benito, Enric (2024). El niño que se enfadó con la muerte. 3ª edición. HarperCollins.
- Fundación Pía Aguirreche https://fundacionpiaaguirreche.org/
- Fundación Pía Aguirreche (2024, 22 de mayo). Mesa redonda sobre "El niño que se enfadó con la muerte" de Enric Benito [archivo de vídeo] https://www.youtube.com/watch?v=_RgWdptiQrw
- SECPAL - Sociedad Española de Cuidados Paliativos https://www.secpal.org/