Fuente: Olmo Campillo y Méndez Miras (2003: 14)
[He publicado esta entrada el 29.06.2020 en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb-desaparecido el 01.07.2024]
Si queremos trabajar por la igualdad real de oportunidades, no podemos perder de vista la importancia del lenguaje. El lenguaje configura nuestra mirada, nuestra comprensión y nuestro modo de actuar. “Las lenguas no se limitan a ser un simple espejo que nos devuelve la realidad de nuestro rostro: como cualquier otro modelo idealizado, como cualquier otra invención cultural, las lenguas pueden llevarnos a conformar nuestra percepción del mundo e incluso a que nuestra actuación se oriente de una determinada manera” (Calero Vaquera, 1999: 11).
Las lenguas perpetúan una imagen concreta de la mujer que tiene mucho peso en el imaginario colectivo y en las relaciones sociales y que es necesario cambiar, también a través del lenguaje. “Los varones se apropiaron del idioma, como lo hicieron con el resto de las instituciones humanas y las manifestaciones culturales de los pueblos (la ley, la religión, la moral, la mitología, el arte, la ciencia…), y han perpetuado, sirviéndose de todas ellas y desde el origen de los tiempos, una imagen concreta de la mujer: ser inferior, despreciable y peligroso” (Calero Fernández, 1999: 79)
Alario et al. (1995: 35), todas pertenecientes a NOMBRA -Comisión Asesora sobre Lenguaje del Instituto de la Mujer- expresan que:
“Un uso del lenguaje que representa a las mujeres y a los hombres y que nombra sus experiencias es un lenguaje sensato:
- No oculta
- No subordina
- No infravalora
- No excluye
- No quita la palabra a nadie ...”
- Evitar el ‘presunto’ genérico masculino
- Utilizando genéricos colectivos y términos abstractos: ciudadanía, alumnado…
- Empleando otros recursos verbales y pronominales: en el medievo se vivía…
- Usando la doble forma de la categoría género: los niños y las niñas…
- Eliminando el determinante: profesionales de la medicina…
- Sustituyendo el determinante/pronombre: cada docente tendrá que…
- Feminizando las palabras donde el sistema lo permita: Licenciada, Graduada…
- Utilizando en la escritura determinados signos inclusivos: @, X [esta propuesta es muy discutida por las personas expertas en lingüística].
- …
- Evitar los tratamientos discriminatorios:
- Omitiendo el determinante ante apellidos de mujeres: (la) Caballé…
- Evitando tratar familiarmente a las mujeres en contextos formales: señora, profesora… Pérez (no por el nombre de pila).
- Otras propuestas más atrevidas (“terrorismo lingüístico”, aquí es donde quizá se produce mayor debate porque se da un mal uso de la lengua): portavoza, seres humanas, hablando en femenino aunque haya presencia masculina…
Bibliografía
- ALARIO, Carmen, Mercedes BENGOECHEA, Eulàlia LLEDÓ y Ana VARGAS (1995): Nombra en femenino y en masculino. Instituto de la Mujer (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales), Madrid.
- CALERO VAQUERA, Mª Luisa (1999): “Del silencio al lenguaje (Perspectivas desde la otra orilla)”. En: En femenino y en masculino. Cuaderno de Educación No Sexista nº 8, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (Instituto de la Mujer), Madrid, pp. 7-11.
- CALERO FERNÁNDEZ, Mª Ángeles (1999): Sexismo lingüístico. Análisis y propuestas ante la discriminación sexual en el lenguaje. Narcea, Madrid.
- OLMO CAMPILLO, Gemma y MÉNDEZ MIRAS, Ana (2003). En dos palabras. En masculino y en femenino. Instituto de la Mujer (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales), Madrid.