miércoles, 23 de octubre de 2013

Hacer un compromiso con la esperanza



El pasado 11 de octubre de 2013 asistí en la Universidad de Deusto a la Jornada: “La contribución histórica, actual y futura del Tercer Sector deAcción Social” organizada por Sareen Sarea – Red de Redes y OTSBizkaia 

Algunos valores de las organizaciones del Tercer Sector, que les hacen diferentes y diferenciales, según Pablo González (Gorabide), son: la centralidad de la persona, la vinculación al territorio, la ausencia de ánimo de lucro y reversión, la capacidad de innovación social, la transparencia y participación, así como la capacidad de reivindicación. 

Quiero compartir algunas de las ideas expuestas en la Ponencia final, "Contribución a futuro del Tercer Sector de acción social", impartida por Joaquín (Ximo) García Roca. 
Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero.
Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma.
Son muchas llaves, muchos cerrojos, injusticias:
no le atarás el alma.
Miguel Hernández (1910, 1942)
Fragmento de “Las cárceles”
Si una idea me quedo clara es que hay que hacer un compromiso con la esperanza, y eso es algo que siempre está presente en el Tercer Sector. La "pasión por lo viviente" debe mover dos energías complementarias, la personal y la social. 

El porvenir como amenaza debilita toda esperanza. Una sociedad sin futuro no es ni sostenible (viable), ni deseable (nos hace a todos perdedores), ni decente (quienes dicen que el futuro está perdido son quienes poseen el presente). Pero también hay que tener en cuenta que el optimismo es un mito. Desde muchas instancias se apela a un optimismo vacío... "El optimismo es la música de los satisfechos. La esperanza la energía vital de los empobrecidos".

Un futuro sostenible, deseable y decente pasa por tener claros cuáles son los bienes superiores a proteger. Según García Roca estos bienes serían:
- La ciudadanía y los bienes de justicia, que son derechos, conectados y vinculados más allá de toda diferencia, que no se otorgan se conquistan; son batallas vencidas con sudor y lágrimas hasta consolidar sistemas públicos.
- La vecindad, "se trata de unir la ciudadanía que se reconoce a la participación que se gana a través de la responsabilidad y del deber, del asociacionismo y del civismo".
- La fraternidad, los derechos y la vecindad no pueden pecar de abstracción. Todos sabemos del poder curativo del nombre. Poner nombre es la expresión de la fraternidad. Cuando se pierde el nombre parece que se pierde cualquier responsabilidad sobre la persona (pensemos en las pateras que se hunden en la búsqueda de una vida mejor). El tercer sector pone nombre y con eso se reconoce que detrás hay una biografía y una historia. 
Vivimos en tiempos de mudanza, parafraseando a Rilke, siempre tenemos la actitud del que se marcha. Es hora de que el Tercer Sector crezca en autoestima frente a los dos grandes actores con los que opera en la sociedad, el mercado y las administraciones. El Tercer Sector puede aportar una mirada comunitaria y emancipatoria que ayude a profundizar en el sentido de la democracia y la participación. Y para ello es necesario mirarse en el tiempo, son precisos procesos lentos y sostenidos; así como mucho trabajo en red. Desarrollemos la "pasión por lo viviente" individual y colectivamente...
 “¿Quién nos dio la vuelta, de tal modo que, hagamos lo que hagamos, estamos en la actitud del que se marcha? Como quien, en la última colina que le muestra una vez más del todo su valle, se da la vuelta, se detiene y permanece un rato, así vivimos: siempre despidiéndonos”. Rilke, Elegías de Duino, Elegía VIII
Para terminar dejo el vídeo sobre el Tercer Sector (versión completa) que se presentó en la Jornada y que es a la vez una introducción al sector y un tributo a quienes llevan muchos años trabajando en él.