sábado, 17 de agosto de 2024

¿Las emociones nos hacen vulnerables?

 

[Entrada publicada originalmente el 19.04.2011 en el Blog de Inteligencia Emocional de EITB, desaparecido el 01.07.2024]

Acabo de terminar un curso de 50 horas, que he impartido con mi gran amigo Rogelio Fernández, sobre Inteligencia Emocional, organizado por DeustuLan y subvencionado por la Diputación Foral de Bizkaia.

Lo que ha ocurrido en el curso ha sido algo fascinante y mérito de todas las personas que hemos participado en él. Se ha creado un clima en el que poco a poco hemos ido compartiendo parte de nuestra vida y nuestras experiencias. Como dice Rogelio, “hemos puesto las tripas encima de la mesa y hemos revuelto en ellas”, desde un profundo respeto y con el objetivo de aprender, crecer y enriquecernos. Nos hemos abierto al mundo de las emociones y hemos conseguido, en la práctica, aunar emoción y razón.  

Una inquietud que ha surgido en el curso es si el manifestar nuestras emociones nos hace vulnerables… Si es posible conseguir que nuestras emociones no nos dañen. Cuando se tiene ya unos años y un recorrido las ‘cicatrices’ van aumentando y reflejándose en todo tu ser. Y voy a contestar desde ahí, en función de mi experiencia. Siempre me ha gustado ser clara, manifestar lo que siento y pienso, aunque a veces eso suponga exponerme demasiado. Creo que la comunicación es mucho más fluida y verdadera cuando uno se muestra sin recovecos, sin esconder aquello que nos gustaría ocultar o no ser; sin preocuparse por qué pensará el otro. Y esa comunicación profunda es fundamental para construir relaciones… Más de una vez me han dicho que soy demasiado transparente, que debo protegerme, que hay quien puede herirme… Y yo me pregunto ¿para qué protegerme? Poner barreras, distancia, supone reducir el riesgo de intromisiones pero también me aleja de los demás, me resta intensidad en las relaciones. Prefiero vivir intensamente aunque ello conlleve sufrir también intensamente. Prefiero arrepentirme por lo que he hecho que por lo que he dejado de hacer. Prefiero tener ‘cicatrices’ que vivir en una burbuja. Creo que hay que vivir con intensidad y aprovechar toda oportunidad de acercarnos a los demás y conocer a gente interesante, y en todos hay cosas interesantes si miramos con cariño y profundidad. Prefiero equivocarme al abrirme a otra persona que perder una oportunidad de encuentro y crecimiento.

Además, creo que lo que nos dañan no son nuestras emociones sino nuestros pensamientos. Las emociones están y nos dan información. Quien nos juega malas pasadas es nuestra razón que nos dice: “no se puede”, “no se debe”, “no está bien”… Hay situaciones y hechos que no se pueden cambiar pero siempre puedo elegir cómo reacciono ante ellos… Nadie puede herirme (no hablo en sentido físico) si yo no le doy permiso.

“El propósito de la vida es vivirla, disfrutar de la experiencia al extremo, extender la mano con impaciencia y sin miedo a vivir experiencias más nuevas y más enriquecedoras.” Eleanor Roosevelt

GRACIAS… Alberto, Amaia, Soledad, Ana, Arantza, Amaia, Ricardo, Arantza, Nahia, Iñigo, José Carlos, JJ, Gorka, Enrique, Raul, Edurne, Carlos, Ziortza y Rogelio… por lo compartido y lo aprendido. Afortunadamente… nos hemos encontrado.

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