lunes, 5 de agosto de 2024

Te veo


[Entrada publicada originalmente el 11.01.2010 en el Blog de Inteligencia Emocional de EITB, desaparecido el 01.07.2024]

Recientemente he visto la película Avatar. La estética es muy bonita, hay diálogos muy interesantes, es un poco larga aunque entretenida; pero si algo me llamó la atención era cómo se saludaban los Na’vi, habitantes del planeta Pandora. Se decían mutuamente “Te veo”.

Indagando un poco me encuentro con estas palabras, la negrita es mía, de Peter Senge (LaQuinta Disciplina en la práctica, p.3):  “Entre las tribus del norte de Natal, Sudáfrica, el saludo más común, equivalente a nuestro ‘hola’, es la expresión ‘Sawu bona’. Significa literalmente ‘te veo’. Los miembros de la tribu responden diciendo ‘Sikkhona’, ‘estoy aquí’. El orden del diálogo es importante: Mientras no me hayas visto, no existo. Es como si al verme me dieras la existencia”. Da mucho que pensar... Desde pequeños sabemos que no es lo mismo oír que escuchar, ni mirar que ver. Muchas veces pasamos junto a otras personas sin verlas y las oímos sin escucharlas. Suele pasar que no reparamos en cómo está la persona que tenemos enfrente porque ni siquiera le miramos a la cara. Hay quien se escuda en que no mira a los ojos para no invadir la intimidad pero eso en ocasiones suele ser una excusa para no implicarnos, para no vernos afectados por el otro, para no dejarnos tocar por su humanidad, ni permitirle entrar en la nuestra.

Una amiga me mandó una presentación con unas ideas de RubemAlves sobre la educación. Reproduzco aquellas que más me impactaron y que tienen que ver con lo que quiero decir: “La primera tarea de la educación es enseñar a ver (...) Sin la educación de las sensibilidades, todas las habilidades se tornan sin sentido. (...) Cuando la gente abre los ojos, se abren las ventanas de su cuerpo, y el mundo aparece reflejado dentro de la gente”. Nacemos con ojos y oídos pero los actos de ver y escuchar no son naturales, hay que aprenderlos. Dedicamos mucho tiempo a enseñar y aprender habilidades, técnicas, herramientas, conocimientos útiles, etc. pero es prioritario educar sensibilidades. Sin sensibilidad ¿para qué nos sirve lo aprendido? ¿Cómo lo vamos a aplicar de una forma constructiva? ¿Cómo nos van a servir para la vida? En otro post [Inteligencia ética] comentaba como los fracasos de la inteligencia vienen por no ser capaces de resolver los problemas prácticos. Para resolver problemas prácticos es necesario tener desarrollada la sensibilidad, la capacidad de reconocerse y reconocer a otros, la habilidad de detectar aquello que va más allá de las palabras, la destreza de ‘leer’ en las situaciones y acontecimientos.

Quiero desde aquí animaros y animarme a en cada encuentro, ya sea con personas conocidas o desconocidas, abrir los ojos, los oídos, la mente y acercarnos a ese otro que se nos presenta delante y que es un mar de posibilidades. 

Querido lector, querida lectora “Te veo”

 

 




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