sábado, 3 de agosto de 2024

Sobre los apegos

[Entrada publicada originalmente el 16.12.2009 en el Blog de Inteligencia Emocional de EITB, desaparecido el 01.07.2024]

Hoy quiero hablar de los apegos, en el sentido budista, debido a una situación personal que vista desde fuera puede parecer banal. En el trabajo me han comunicado hace un par de días, y no de la mejor forma, que tengo que guardar mis cosas en cajas porque me van a cambiar de despacho no se sabe cuándo ni a dónde. No soy la única a la que se lo han dicho y, desde luego, tampoco soy la única a la que no le ha hecho gracia el tema. Aunque esto no consuela demasiado. [Hay que tener en cuenta que un profesor universitario no puede meter sus cosas en una cajita como sucede en las películas y que hay modos y modos de comunicar las cosas].

Desde que recibí la noticia se han sucedido en mí múltiples pensamientos y sentimientos. Creía que en los traslados anteriores había prescindido de lo innecesario o accesorio. Al hacer las cajas me he dado cuenta de que en poco tiempo había acumulado mucho (espero haber vaciado más las alforjas esta vez). Pensaba que había aprendido que “estoy de paso” pero me había encariñado con el espacio y lo cotidiano. Me había acostumbrado a la persona con la que compartía el despacho y ahora tengo que “volver a empezar”. Se nos dice que el cambio es fundamental para la evolución y el crecimiento pero eso no nos evita cierto dolor en el camino (y oportunidades de aprendizaje dirían otros).

Para el budismo, estar dominado por los apegos (que pueden ser cosas materiales e incluso a personas) es fuente de sufrimiento y, por tanto, hay que eliminar los apegos (para profundizar en las Cuatro Nobles Verdades del Budismo y la superación del sufrimiento véase este artículo breve de Jesús Sordo Medina). En occidente el término apego tiene connotaciones positivas, sobre todo si se refiere a personas, ya que se entiende como un sinónimo de cariño o preocupación. Lo que el budismo intenta decir es que hay que evitar apegarse a las cosas que provocan sufrimiento o hacerlo de forma que produzcan sufrimiento.

Acabo con un cuento que recibí por internet y que supongo que es la lección que me toca aprender a mí hoy.

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio, el turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuarto muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.

- ¿Dónde están sus muebles? - preguntó el turista.

Y el sabio, rápidamente, también preguntó:

- ¿Y dónde están los suyos...? -

- ¿Los míos? - se sorprendió el turista -¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso! -

- Yo también... - concluyó el sabio.

 ¿Cuáles son tus apegos?

Bibliografía:









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