martes, 16 de abril de 2024

Vivir la profesión desde los valores

 


El 10 de abril, en la clase de Ética cívica y profesional, 4º de Derecho Económico, contamos con una invitada de lujo, Cristina Maruri Chimeno. Su currículum es extenso y variado. Completa su Licenciatura en Derecho por la Universidad de Deusto con tres Másteres. Es Asesora jurídica de Tubos Reunidos Group, S.L.U, grupo siderúrgico con una plantilla de 1.500 personas, desde hace más de treinta años. Autora de novela, poesía y relato corto. Colaboradora de El Correo y La Vanguardia. Conferenciante, fotógrafa. Activista social, Embajadora del Fair Saturday y cofundadora del Orfanato Lights of Kazinga (Uganda). [Para más información, ver entrevista]

Cristina comenzó su intervención con toda una Declaración: “Estoy aquí porque vivo de aprender. Quiero dialogar con vosotros, vosotras, vosotres, y aprender”.  Lanzó, y respondió desde su perspectiva, tres poderosas preguntas que conectan profundamente con el sentido de la profesión y el proyecto personal de vida: 1. ¿Por qué estudiáis Derecho? 2. ¿Para qué estudiáis Derecho? 3. ¿Cómo queréis organizar vuestra vida? ¿Qué parte queréis dedicar a la profesión?

A partir de ahí, respondió a las preguntas que le planteó la audiencia, y compartió dilemas éticos a los que se ha enfrentado en su ejercicio profesional y reflexiones muy interesantes:

“Si llevo más de treinta años en la empresa es porque, aunque he conocido 17 presidentes diferentes, nadie ha podido decir que he hecho algo que no era adecuado, que no era correcto”.

“Si ahora tuviera que elegir profesión me fijaría en mí. La elección de la profesión es como la elección de pareja, nadie te puede condicionar. Pero es importante conocerse bien y no mentirse… Cada persona es única y no hay que copiar a nadie”.

“He podido compaginar la profesión con otros proyectos con orden y previsión y diciendo que no a algunas propuestas. Esto es imprescindible para poder meter tanta vida a mis días como quiero (…) Procuro disfrutar de la vida. Sólo tengo miedo a la enfermedad, a la pérdida de mis seres queridos y a hacer algo que me haga daño a mí o a los demás”.

“No me considero una persona de éxito, sólo una persona que va ganando cotas de libertad, de ser y hacer lo que quiere. El éxito viene dado por ser feliz, por sentirte bien contigo misma”.

“Un puesto de confianza conlleva mucha soledad en muchos momentos... A mí me ha salvado mi rebeldía y mi amor propio… He vivido en primera persona lo que es que un jefe haga todo lo posible por que te vayas”.

“Parto de la base de que ayudar es una responsabilidad. Quienes tenemos oportunidades tenemos que ayudar a quienes no las tienen”.

Grandes aprendizajes de una vida intensa, con sentido y valores.


jueves, 14 de marzo de 2024

Sobre líderes y liderazgo

 


[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el 14.03.2024]

El pasado 27 de febrero tuvo lugar la conferencia “Liderazgo para la transformación social” organizada por DeustoForum. El ponente, Chris Lowney, es miembro del Consejo de Administración CommonSpirit Health, el mayor sistema sanitario sin ánimo de lucro de Estados Unidos. Fue seminarista jesuita y más tarde Director Gerente de J.P. Morgan & Co en tres continentes. Es un reconocido conferenciante y ha escrito varios libros. Además, el 1 de marzo fue el padrino de promoción de los Másteres de la Deusto Business School (DBS), entre quienes se encontraba mi hijo pequeño.

Al acabar la conferencia me encontré con dos de mis alumnos a quienes pregunté qué les había parecido. Su respuesta fue: “Esperábamos más de alguien que ha tenido un alto cargo en J.P. Morgan & Co”. Mi opinión difería por completo, tal vez porque estoy en una etapa de vida muy diferente. A mí me sorprendió muy gratamente que alguien que con un recorrido vital y profesional tan rico, con mucha reflexión sobre el liderazgo, llegara a conclusiones que comparto plenamente. Asimismo, se veía claramente la impronta de la espiritualidad ignaciana.

Si pensamos en cómo son y qué hacen quienes consideramos buenos líderes (o lideresas) podemos descubrir que cada persona tenemos muchas de esas características. Además, todos y todas marcamos camino y ejercemos influencia sobre otras personas. La vida nos da muchas oportunidades de liderar lo que supone una gran responsabilidad. Sus palabras me recordaron una frase de Bennis (1990: 3): “En realidad el proceso de convertirse en líder es muy parecido al proceso de convertirse en un ser humano bien integrado. Para el líder, como para la persona bien integrada, su carrera profesional es la vida. Discutir el proceso en términos de ‘líderes’ es sólo una forma de concretarlo”.

El liderazgo es servicio, lo que tiene mucho que ver con un término muy ignaciano, la Cura Personalis [entendida como “el cuidado integral de la persona a través del acompañamiento, que se realiza desde el amor y el servicio para que el otro crezca, respetando sus particulares circunstancias y con aprecio a sus capacidades y necesidades” (Centro Virtual de Pedagogía Ignaciana, 2018)]. Amar es querer el bien y el desarrollo de la otra persona.

Del discurso de Lowney a la promoción de los Másteres de la DBS me quedo con los cuatro aprendizajes de cuando hizo el camino de Santiago, en el que, metafóricamente dijo que San Ignacio puede ser un “buen compañero”, y que sirven para cualquier persona en su proceso de desarrollo.

  1. Pon mucho corazón en todo lo que hagas. Sigue intentándolo “a pesar de las ampollas”.
  2. Vive con un propósito. Recuerda cada día qué es lo verdaderamente importante. Júntate con amistades que te lo recuerden. Toma un tiempo cada día para reflexionar (una herramienta buena para ello es el examen o pausa ignaciana, que ayuda a revisar el día desde la gratitud).
  3. Estás aquí al servicio de algo superior. No puedes controlarlo todo, ni siquiera tu salud. Reflexiona sobre cómo puedes utilizar mejor tus capacidades. Y confía…
  4. La vida no será como la imaginas ahora. Hay que vivirla hacia adelante, pero sólo se entiende hacia atrás. Es la única forma de ver los patrones, el sentido. Lowney contó que un sacerdote le dijo: “Encontrarás lo que buscas... Si buscas a Dios, te encontrará”.

La misma semana, el 29 de febrero, tuvo lugar otro acto muy diferente, pero del que también se pueden sacar lecciones importantes de liderazgo (Universidad de Deusto, 2023). En el mismo, Rosa Escandell y William Kikanae Ole Pere nos presentaron cómo la vida les unió para llevar adelante un sueño: que la Comunidad Masái sea dueña de su destino. Para ello crearon ADCAM, una Asociación sin ánimo de lucro, que incluye proyectos como SAWA MARA (un Eco Lodge sostenible), Nómadas  (un co-working peculiar), MARA VISION SCHOOL (una escuela-residencia) y una cooperativa que da trabajo a más de 1.000 mujeres Masái. Para mí, el principal aprendizaje fue el poder de la visión, ingrediente esencial del liderazgo. Rosa dejó una trayectoria profesional muy interesante porque se cansó de “hacer más ricos a los ricos” y quería dedicarse a un proyecto con sentido. William renunció a una beca de estudios en Estados Unidos para quedarse entre los suyos y trabajar por el avance y desarrollo de las mujeres (algo contracultural en su tierra) y para llevar la educación a su comunidad.

Para terminar, unas palabras de William que son muy inspiradoras: “Los masáis somos personas que somos felices siempre. Como nosotros decimos: ‘Hakuna matata’. Haya o no haya comida, haya o no haya problemas, siempre somos felices. Amamos al prójimo y compartimos lo que tenemos. Así somos los masáis” (Aprendemos Juntos 2030, 2023a).


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viernes, 8 de marzo de 2024

¿Por qué soy feminista?

 


[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el 08.03.2024]

La campaña del 8 de marzo de 2024 de Emakunde lleva con lema “Orgullosas”, acompañado de la frase: “Detrás de cada mujer empoderada ha habido otras mujeres impulsándola a serlo”. En una entrada anterior explicaba cómo el orgullo, junto con la vergüenza y la culpa, “son esenciales para dirigir y controlar el comportamiento en consonancia con los valores morales”, son unas auténticas brújulas morales (Echaniz Barrondo, 2021). Hoy quiero reivindicar y poner en valor el papel de todas las mujeres que apoyan y empoderan a otras mujeres, mujeres que apuestan por la sororidad (Echaniz Barrondo, 2018). Y quiero tener un recuerdo agradecido a una gran amiga recientemente fallecida, Lumi Velázquez, quien me enseñó el verdadero significado de la sororidad y del compromiso con la igualdad.

Hemos avanzado mucho, pero todavía falta un largo camino para la verdadera igualdad de oportunidades. Según el Foro Económico Mundial (2023), la brecha de género se ha reducido hasta el nivel de 2019 (la pandemia supuso un retroceso importante en la igualdad de oportunidades), pero el año previsto para alcanzar la paridad es el mismo que el del año pasado: 2154. No es el mismo en todas las regiones del mundo, pero en cualquier caso es demasiado tiempo… Ni yo, ni mis hijos, ni mis nietas y nietos (si algún día los tengo) la veremos. Cuando explico esto en clase, se genera mucho revuelo y hay voces (sobre todo masculinas) que insisten en que es imposible, que no hay desigualdad de género, que legalmente está prohibido. Además, aflora el tecno-optimismo que parece promulgar que lo que las personas no somos (ni hemos sido) capaces de solucionar lo harán las máquinas. Y me sorprende que todavía haya gente que no se ha enterado de que existen sesgos, y los algoritmos los reproducen y amplifican.

Es fundamental empoderar a mujeres y niñas. Como señala ONU Mujeres (2024) “Invertir en las mujeres es tanto un imperativo económico como una cuestión de derechos humanos. (…) Los sistemas financieros y económicos de los que nos hemos dotado no favorecen la igualdad de género. (…)  Los recursos financieros son necesarios para que las mujeres realicen sus derechos. (…) Las mujeres que prosperan impulsan economías prósperas”. Asimismo, es importante no cesar en la lucha por la igualdad de oportunidades para todas las personas. Pero no es fácil mantener el pulso.

Quiero terminar con el párrafo final de la introducción de mi tesis doctoral: “Ha habido quien se ha leído el presente trabajo y nos ha preguntado: ‘¿Qué pensaría Simone de Beauvoir de esta tesis?'. Nuestra respuesta fue contundente -y coincidente con la percepción de quien nos la hizo-: 'Que está alienada'. Al final, la educación, los hábitos, las costumbres... nos hacen caer, en cierta medida, en aquello que queremos evitar, la ‘trampa' de la sociedad. En ocasiones, acabamos reproduciendo -inconscientemente- aquellos mecanismos que hacen que las desigualdades permanezcan cuando nuestro objetivo era combatirlos” (Echaniz Barrondo, 2001). Suelo tener muy presente esta anécdota que me recuerda por qué soy feminista, por qué no se puede bajar la guardia… Además, estos días he recibido un vídeo, “La feminista blandengue”, que me la ha recordado con fuerza.


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domingo, 18 de febrero de 2024

Resiliencia y autoconocimiento

 
[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el 18.02.2024]

Hace ahora un año, a raíz de un curso para tutores y tutoras al que asistí, escribí una entrada sobre la resiliencia, esa “capacidad para resistir y recuperarse ante circunstancias adversas, bien de carácter personal o social” que puede entrenarse y conviene hacerlo (Echaniz Barrondo, 2023). Es importante en todos los ámbitos de nuestra vida y en todas las edades. Incluso se empieza a hablar de empresas y organizaciones resilientes. “La gestión de la resiliencia en el trabajo, en sus múltiples formas, es imprescindible para transitar a través de las complejidades y los desafíos imprevistos del paisaje laboral contemporáneo y futuro. La proactividad en la construcción y gestión de una empresa resiliente se perfila, por lo tanto, como un pilar fundamental para el éxito y la sostenibilidad de las empresas en la era post-pandémica y más allá” (Comas Forgas y Arenas, 2023).

He observado que después de la pandemia un comentario habitual entre el profesorado universitario es que cada vez detectamos más problemas de salud mental entre nuestro alumnado. Los resultados del estudio La salud mental en el estudiantado de las universidades españolas no hacen sino confirmar esta preocupación: Más del 50% de las personas estudiadas han percibido la necesidad de apoyo psicológico; así mismo, más del 50% ha realizado alguna consulta sobre salud mental a profesionales sanitarios; en una de cada dos hay prevalencia de ansiedad moderada o grave (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, 2023).

¿Y qué se puede hacer? ¿Qué nos puede proteger mejor ante las adversidades? En la siguiente tabla podemos ver una serie de factores, tanto individuales como ambientales, ordenados de mayor a menor evidencia (Castellvi Obiols y Llistosella Piñero, 2022):

Factores que nos protegen más eficazmente frente a las adversidades

(ordenados de mayor a menor evidencia)

Individuales

Ambientales

1.        La autorregulación emocional, es decir, saber gestionar adecuadamente nuestras emociones.

2.        Ser empático y tolerante con los demás.

3.        Realizar actividad física.

4.        Tener objetivos vitales y aspiraciones.

5.        Ser inteligente.

1.        Recibir un cuidado de calidad por parte de sus progenitores.

2.        Tener al alcance y saber cuáles son los recursos necesarios en caso de tener que pedir ayuda.

3.        Apoyo tanto social como familiar y de sus compañeros, no sólo el real sino también el percibido.

4.        La sensación de pertenencia tanto a la escuela o instituto como a la sociedad en la que vive.

Elaborado a partir de Castellvi Obiols y Llistosella Piñero (2022)

Me voy a detener en los factores individuales, que tienen mucho que ver con el autoconocimiento, con la mirada sincera y cariñosa para conectar con lo más profundo. Como reza la máxima de San Ignacio: “No el mucho saber harta y satisface al anima, mas el sentir y gustar de las cosas internamente”. Sentir, conectar con las propias emociones, nos ayuda a conocernos (y conocer a los demás), a tomar buenas decisiones y a aprender. Para que se de esa conexión hace falta silencio y tranquilidad. “El conocimiento que se da en el «corazón» —en el centro íntimo de cada persona— es el que realmente puede satisfacer y dar sentido a una vida” (De la Hormaza, s.f.). Estoy convencida de que a nuestro alumnado le falta entrenamiento en mirar hacia adentro. Viven mucho más hacia afuera y eso les hace más frágiles.

Hace mucho escuché una frase a un profesor que se me quedó grabada: “Nadie da lo que no tiene”. Si no te quieres, si no te tienes en cuenta, si no te cuidas… difícilmente lo podrás hacer por otras personas. Y todo empieza en uno mismo, en una misma, en esa mirada profunda y compasiva. Sólo desde ahí se puede desarrollar la resiliencia y se puede aprender a Vivir como expresa la canción de Rozalén con Estopa:

“Pero sabes

He aprendido tanto, tanto

Esta vida me ofreció una nueva oportunidad

Y sabes, sé bien que es vivir

No hay tiempo para odiar a nadie

Ahora sé reír

Quizá tenía que pasar

No es justo, pero solo así se aprende a valorar”

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sábado, 3 de febrero de 2024

En la senda del liderazgo

 


Un año, y mucha vida, separa estas dos fotos. El 7 de febrero de 2023, 29 personas de distintas Obras de la Compañía de Jesús, procedentes de diversos lugares (Barcelona, Logroño, Donostia, Vitoria, Durango, Bilbao, Santiago y A Coruña), acompañados por Vicente Marcuello SJ, empezamos la formación en “Liderazgo ignaciano”. El 3 de febrero de 2024, 25 de nosotros la concluíamos en la Capilla de la Conversión compartiendo un esbozo del proyecto que cada persona va a desarrollar, así como lo que le había supuesto la experiencia. Es difícil poner palabras a la energía, profundidad y conexión del momento.

Son muchos los aprendizajes y llamadas que me llevo de este curso en el que hemos contado con ponentes muy relevantes que nos han hecho cuestionarnos y reflexionar. También cada uno de los participantes ha hecho aportaciones que han enriquecido el diálogo y la reflexión.

  • Jesuitas y personas laicas somos colaboradores en la misión. Somos corresponsables, copropietarios… “según circunstancias de personas, tiempos y lugares”.
  • Recordatorio de la Identidad y Misión de Unijes, red de los centros universitarios vinculados a la Compañía de Jesús en España: “1. Formar hombres y mujeres como profesionales competentes y ciudadanos responsables que pongan su saber y sus competencias al servicio de los demás. 2. Investigar y aportar conocimiento útil en aquellos ámbitos donde se presentan los mayores retos a la persona humana y a la sociedad en general”.
  • Las cuatro Preferencias Apostólicas Universales como horizonte de nuestra misión compartida: 1. Mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento. 2. Caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia. 3. Acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador. 4. Cuidar de nuestra Casa Común. Trabajar, con profundidad evangélica, en la protección y renovación de la creación de Dios.
  • Las obras tienen que ser ignacianas, no jesuitas. “La Pedagogía Ignaciana expresa de modo más evidente la savia que la nutre - los Ejercicios Espirituales y la Espiritualidad Ignaciana - mientras que la Pedagogía Jesuita no siente la necesidad de explicitarla, ya que se dirige a los Jesuitas, conocedores y practicantes de sus principios” (Klein S.J., 2014). Es más importante la misión que las Obras.
  • La formación sin acompañamiento no cierra el círculo. La formación por sí sola no nos transforma.
  • No juzguemos cuando alguien dice “No”. Es mejor un no que un sí obligado, a medias o condicionado.
  • Invitación a profundizar en el autoconocimiento, o como dijo Salvador, “a conocer, conocerse y dar a conocer”. “No el mucho saber harta y satisface al anima, mas el sentir y gustar de las cosas internamente” (EE, anotación 2ª). Solo puedo transformar(me) desde lo profundo.
  • Llamada a colaborar, a trabajar en red y a profundizar en el discernimiento.

Como idea final, resumen de la experiencia para mí, me vienen con fuerza unos versos del estribillo de “Soy Gracias” del Gen Verde: “yo soy gracias / por todo y por siempre / oh, Señor, gracias”.

 

Porque Tú me has amado

como sabes amar.

Porque me he perdido en Ti,

en tu inmensidad.

 

Si me preguntases quién soy,

no sabría decir mi nombre;

diría: yo soy gracias,

por todo y por siempre,

oh, Señor, gracias.

 

Cuando llegue hasta ti,

a tu morada,

yo me perderé en ti,

me perderé en ti.

 

Cuando Tú me preguntes quién soy,

no sabré decir mi nombre;

diré: yo soy gracias, ·

por todo y por siempre,

oh, Señor, gracias. (2)

Para escuchar la canción en versión original, pinchar aquí



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lunes, 22 de enero de 2024

Las amigas te salvan

 


[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el 22.01.2024]

Recientemente he visto una película, Las chicas están bien (Elastica Films, 2023), que, una vez más, me ha recordado uno de los mejores activos de mi vida: mis amigas. Aunque son muchas mis personas refugio —mi marido, mis hijos, mis mayores, mis hermanas, mis amigos…—, esas personas que te hacen sentir en casa, que te conectan con aprendizajes importantes de tu vida, algunas presentes otras ya en otra dimensión, hoy me voy a centrar en las amigas, esas hermanas que he elegido para mi camino. Con las amigas compartes confidencias como las que se ven en la mencionada película: “Cuando tienes un hijo es como que haces un pacto con la vida, como que no te puedes morir”. Las amigas te salvan de malas experiencias, malas compañías e incluso de ti misma. Te conectan y te reconectan.

“La amistad se diferencia de otras relaciones interpersonales por ser un descubrimiento inesperado, gratuito. Los amigos no nos vienen dados, pero llegan a formar parte de nosotros: no seríamos los mismos sin ellos. Establecen el espacio y el tiempo de nuestras coordenadas existenciales” (Alonso-Stuyck, 2020). Las amigan son la mayor serendipia (“hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual”, RAE, 2023).

Katz (2023), nos recuerda tres lecciones de Aristóteles sobre la amistad: 1. La amistad es recíproca y reconocida. Sin embargo, hoy en día, por efecto de las redes sociales, parece más difícil distinguir las amistades de las relaciones parasociales. 2. Existen tres tipos de amistad. “La amistad basada en la utilidad, la amistad basada en el placer y la amistad basada en el carácter. Cada una surge de lo que se valora en el amigo: su utilidad, el placer de su compañía o su buen carácter”; el última tipo es el más elevado. 3. La amistad es como estar en forma, hay que ejercitarse. La amistad se construye y se fortalece compartiendo tiempo y vida, aunque no estemos físicamente juntas.

Holst (2023) nos da otra clave importante, aprendida de otro autor clásico: “Sócrates llegó a la conclusión de que los que son iguales no tienen nada que aportarse el uno al otro. Si son idénticos, difícilmente serán buenos amigos. En el polo opuesto, los que no se parecen en nada tampoco tienen nada en común y, por lo tanto, no son candidatos para formar una buena amistad”. Ni muy parecidas ni muy diferentes… así son las buenas amigas.

Como señala el conocido psicólogo Robin Dunbar, la amistades entre hombres y mujeres son diferentes: “Se diferencian principalmente en cuanto a la intensidad de sus relaciones. Las amistades entre mujeres suelen ser mucho más intensas emocionalmente, lo que las hace más diádicas (dos personas que terminan vinculándose muy estrechamente). (…) Para las mujeres es más importante quién eres como persona y no qué eres. (…) Los hombres no hablan tanto de emociones, suelen relacionarse en torno a actividades, a diferencia de las mujeres que expresan sentimientos. Por eso las mujeres suelen tener amistades de mayor calidad. (…) Los hombres crean lazos de amistad a través de la risa, mientras las mujeres lo hacen en torno a conversaciones y emociones”.

Para terminar el estribillo de una canción, Amiga, de una artista que me hace vibrar con sus canciones, Rozalén:

“Amiga mía

Qué suerte tenerte

Los amores van y vienen

Pero lo nuestro es para siempre

Amiga mía

Qué bonito es quererte

Aunque cambie todo en este mundo

Brindaremos hasta la muerte”

Brindo por mis amigas, aquí, ahora y siempre… ¡Por vosotras! ¡Gracias por lo compartido, lo vivido y lo que está por vivir!


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viernes, 29 de diciembre de 2023

Acompañar y cuidar en la despedida

 


[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el 29.12.2023]


Hace ya treinta años unos amigos me regalaron un libro que abrió en mí una ventana a un tema que, a pesar de su universalidad e inevitabilidad, en nuestra cultura no es muy popular, la muerte. El libro era La muerte un amanecer, de Elisabeth Kübler-Ross (ahí comenzó mi pasión por las mariposas). Desde ese momento ha habido muchas más lecturas sobre el tema y he vivido, y sufrido, varias muertes muy cercanas. En mi experiencia cada muerte recuerda las anteriores, pero también prepara para las que están por venir, incluida la propia.

Voy a recoger y comentar aquí algunas de las ideas de la última lectura realizada, Hacia una cultura paliativa, del Dr. Jacinto Bátiz, un reconocido experto en cuidados paliativos a quien siempre merece la pena leer y escuchar.

La muerte es la otra cara de la vida. No hay vida sin muerte, aunque cueste aceptarlo. “Es necesario que incorporemos la muerte a la vida y dejar de considerar la medicina como algo que consiste sólo en evitar que la gente muera. La sociedad trata de ignorar la muerte; la juzga como un fracaso y procura postergarla cada vez más, asumiendo como un triunfo la cultura de los trasplantes y la sustitución de tejidos y órganos por nuevos tejidos o prótesis artificiales” (Bátiz, 2022: 26) ¿Qué se podría hacer para incorporar la muerte a la vida? Desarrollar una “cultura paliativa que esté basada en la compasión y en el acompañamiento a la persona que sufre. (…) La compasión requiere sentir empatía hacia el dolor del otro, ponernos en su mismo nivel y comprender su problema, como si fuéramos nosotros los que lo tuviéramos. (…) Lo esencial en el proceso de acompañar es no dejar solo a quien no desea estar solo. Cuando se ha perdido la esperanza de que la enfermedad que se padece vaya a ser curada, es de suma importancia que quien la sufre sepa que está siendo cuidado por otros para aliviar su sufrimiento” (Bátiz, 2022: 27). En una ocasión escuché una definición de compasión, como empatía en acción, que me resultó muy clarificadora.

En la filosofía de los cuidados paliativos hay unos principios básicos para cuidar a quienes están en el final de su vida (Bátiz, 2022: 33-39): “1) La muerte es una etapa de la vida. Para la medicina paliativa, el fracaso no radica en la muerte, sino en la presencia de sufrimientos inútiles que podrían haberse aliviado. 2) Siempre hay algo que hacer. Con una continua atención al mínimo detalle siempre es posible aliviar el sufrimiento de un enfermo moribundo. 3) El paciente es el principal protagonista. La etapa terminal de una enfermedad representa para el enfermo una experiencia única e individual. 4) La familia es coprotagonista. Es necesaria una gran dedicación para el apoyo durante el duelo anticipado, el asesoramiento técnico, el refuerzo positivo de la labor realizada y la resolución de conflictos. La atención en el duelo forma parte de la práctica asistencial de la medicina paliativa. La labor realizada con los familiares tiene la importancia adicional de prevenir el sufrimiento futuro y de extender a la sociedad la filosofía de los cuidados paliativos. 5) El trabajo debe hacerse en equipo [personal de enfermería, personal auxiliar, personal de limpieza, trabajador(a) social, sacerdote o agente pastoral, personal médico y voluntarios/as]”.

Ante la cercanía de la muerte sufre la persona completa, por lo que hay que procurar alivio tanto biológico como biográfico. Genera sufrimiento unos síntomas mal controlados, la sensación de dependencia, el no sentirse querido, la soledad no deseada, los asuntos pendientes, etc. “Cuando alguien sufre, lo que más desea es que sus seres queridos estén junto a él, no sentirse solo, y que los profesionales no le abandonemos, que le escuchemos y que estemos disponibles cuando nos necesite para poder aliviar sus síntomas molestos hasta el extremo que sea necesario. Hemos de hacerle sentir que está acompañado y atendido. También nos tenemos que preocupar de su familia que, sin duda, sufre ante el sufrimiento de su ser querido” (Bátiz, 2022: 50).

Acompañar es cuidar. En ocasiones quienes acompañan a quien está sufriendo manifiestan que no se sienten útiles. “Pero siempre les decimos que la compañía es un gran medicamento, que para administrarlo no hace falta estar graduado por ninguna universidad; cualquier persona puede administrarlo y que siempre tengan en cuenta que el enfermo a quien acompañan necesita ser cuidado y que acompañar también es cuidar” (Bátiz, 2022: 51). Recomendaciones para quienes acompañan: sentarse cerca, coger de la mano, acariciar, mirar, sonreír, mantener algún tipo de comunicación, etc.

Para terminar hago mío el que el Dr. Bátiz (2022: 77-83) indica que sería su “documento de voluntades anticipadas, al menos en su contenido”. Yo también quiero que me cuiden así:

  1. “Que me traten como un ser humano hasta el momento de mi muerte. Que no sólo me contemplen como una estructura biológica, sino que además tengan en cuenta mi dimensión emocional, social y espiritual”.
  2. “Que me permitan expresar mis propios sentimientos y emociones sobre mi forma de enfocar la muerte”.
  3. “Que me permitan participar en las decisiones que incumban a mis cuidados. Quien me voy a morir seré yo y quien estoy sufriendo soy yo” (autonomía compartida).
  4. “Que no me dejen morir solo, abandonado por mis seres queridos y por los profesionales”.
  5. “Que mis preguntas sean respondidas con sinceridad, que no me engañen”.
  6. “Que respeten mi individualidad y no me juzguen por mis decisiones, aunque sean contrarias a quienes me atienden”.
  7. “Que me cuiden personas solícitas, sensibles y entendidas”.
  8. “Quien me cuide al final de la vida lo haga como le gustaría que le cuidaran a él cuando llegue su momento”.
  9. “Que no precipiten deliberadamente mi muerte, pero que tampoco prolonguen innecesariamente mi agonía, sino que me cuiden para no sufrir mientras llegue mi muerte”.
  10. “Que atiendan a mis seres queridos después de mi muerte para aliviar su pena”.

Recientemente he vivido la muerte de una gran amiga, una hermana, Lumi. La ausencia duele, pero estoy convencida de que, como dice el Dr. Bátiz (2022: 60), “con la muerte termina una vida, pero no una relación”. Durante el proceso de su enfermedad me he enfrentado cara a cara con la realidad de que la muerte ya no es algo que pasa a personas mayores, sino una realidad que comienza a acechar muy cerca. Empiezan a faltar ya no solo mis mayores sino las personas que he elegido para hacer mi camino. He sido más consciente que nunca de que acompañar, y se puede hacer de diferentes formas, es cuidar. Y que hacerlo es un privilegio. La muerte es una gran escuela de vida.

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lunes, 27 de noviembre de 2023

Ni inteligencia, ni artificial

 

[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb el 27.11.2023]

El pasado 26 de octubre Deusto Forum organizó una sugerente sesión, con el título “Los retos éticos ante la Inteligencia Artificial”, que contó con la Dra. Gemma Galdon Clavell, directora ejecutiva de Eticas Research & Consulting (consultoría especializada en auditoría de algoritmos), como ponente, y el Dr. Pedro M. Sasia, responsable de transferencia del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, como moderador. Paso a compartir las principales ideas de la sesión.

El acto comenzó con unas palabras del Rector, Juan José Etxeberria Sagastume S.J. que sirvieron para contextualizar el evento: “En estos tiempos, es difícil pensar en un espacio social, una institución o incluso una persona para quien los efectos de la irrupción de lo que ya todos denominamos coloquialmente Inteligencia Artificial no sean relevantes. Privacidad, libertad, igualdad, consentimiento, algoritmos, datos… la ética y la técnica se miran de frente una vez más, como lo han venido haciendo a lo largo de toda la historia de la Humanidad, pero en esta ocasión con diferentes e importantes matices que surgen de la profundidad, velocidad, alcance y contenidos de este fenómeno. Empresas, gobiernos, sociedad civil… todos experimentamos cada vez con más claridad esta realidad, y las Universidades no somos, ni mucho menos, una excepción” (para leer texto íntegro, Universidad de Deusto, 2023a)

Es muy interesante la trayectoria de Gemma. De formación es Doctora en Historia. Lleva 15 años dirigiendo equipos técnicos. Su bagaje y conocimientos aportan valor a la hora de buscar soluciones a posibles riesgos. Hacen auditorías a quienes desarrollan los algoritmos (auditorías internas) y también trabajan con la sociedad civil (auditoría inversa). Su trabajo es explorar posibilidades para desarrollar una Inteligencia Artificial (IA) responsable, “construir los cinturones de seguridad de la IA”. Durante siglos hemos sabido proteger a la humanidad de la innovación. Por eso es importante entender bien cómo funciona.

El nombre de Inteligencia Artificial lleva a confusión social. No es ni lo uno ni lo otro. La idea que siempre hay que tener presente es que para la IA la ‘normalidad’ es muy importante. La IA recoge grandes bases de datos y los procesa buscando ‘patrones de normalidad’ que intenta reproducir. Pensemos qué hay detrás de un GPS. Se procesan datos del pasado, qué ruta han elegido la mayoría de personas y recomienda ese. Entiende que el trayecto óptimo es el más transitado. Algo similar ocurre con las recomendaciones que nos hacen empresas como Netflix empresas como Netflix o semejantes tras analizar lo que han visto después las personas que han estado viendo la misma película o serie que nosotras/os y nos hacen una sugerencia. La IA está entrenada para dejar fuera a quienes han hecho algo diferente. La buena noticia es que la IA se puede entrenar, se pueden añadir normas a la lógica que utiliza; se pueden cambiar los patrones de diseño de los algoritmos.

¿Por qué es importante tener en cuenta la ética?

Los algoritmos trabajan con información privada, lo que a veces se desprecia, o no se tiene suficientemente en cuenta desde ámbitos técnicos.

Los resultados de la IA se reintroducen en el sistema, con lo cual se eliminan las formas/opciones diferentes (outsiders), se reproducen los sesgos. En el ámbito del entretenimiento no es grave que me recomienden algo que no me gusta, lo dejo de ver y ya está. Sin embargo, hay ámbitos de alto riesgo. Pensemos, por ejemplo, en nuestra relación con los bancos. Todas las personas tenemos asignado un riesgo a nuestro perfil. Las mujeres tienen entre 10 y 20 veces menos servicios bancarios, con lo que disminuyen sus posibilidades de acceder a créditos, por ejemplo. Otro ejemplo muy evidente es la selección de CVs (hace tiempo que el primer filtro lo hace la IA) que se realiza atendiendo a la información de quienes están trabajando y tienen un buen desempeño. En una auditoría de algoritmo en una empresa de EE.UU. vieron que el algoritmo privilegiaba a quienes jugaban Lacrosse, eran de una determinada zona o habían ido a universidades muy concretas. “¿Serían esos los criterios con los que elegiríamos a una nueva incorporación para la empresa?

Es peligroso tomar decisiones sobre temas complejos en función de un algoritmo. [Hizo alusión al libro Armas de destrucción matemática de Cathy O’Neil, en el que se cuentan muchos casos]. Puso como ejemplo la auditoría que hicieron en un hospital sobre el triaje en emergencias. Vieron que las decisiones se estaban tomando con base en los datos financieros (según el coste del tratamiento) y no médicos (gravedad de la persona atendida). Cómo entrenamos el algoritmo determina qué problema estamos solucionando. Muchas veces se reproducen discriminaciones no deseadas. Si nuestro algoritmo contiene errores tomará peores decisiones que sin IA. Existen, según su experiencia y lo que han detectado, hasta 15 momentos de error (al introducir datos, al introducir variables, etc.). Si los errores se trasladan a ámbitos sensibles es una tragedia.

Un espacio de preocupación es incorporar a los outsiders (quienes están fuera del radar, de la ‘normalidad’). Gemma explicó que ella misma lo es. Su madre la tuvo con 14 años. Sus abuelos eran refugiados de la Guerra Civil. Si un algoritmo le hubiera asignado riesgo nadie habría creído en ella, no se le habría permitido “jugar”. Algo parecido le pasó a Rafa Nadal hace dos años en la Copa América. Las casas de apuestas le daban un 4% de probabilidad de éxito, pero ganó.

Los retos de la IA no son problemas técnicos con soluciones técnicas. Los retos del presente y del futuro son sociotécnicos, las experiencias humanas son muy complejas.

Me gustaría terminar con unas palabras de Noam Chomsky, Ian Roberts y Jeffrey Watumull [el resaltado es mío] (Chomsky et al., 2023):

“Aquí, el ChatGPT demuestra algo parecido a la banalidad del mal: plagio, apatía y omisión. Resume los argumentos estándar de la materia mediante una especie de superautocompletado, se niega a tomar partido en nada, alega no solo ignorancia sino falta de inteligencia y, en última instancia, ofrece una defensa de “solo cumplía órdenes”, trasladando la responsabilidad a sus creadores.

En resumen, el ChatGPT y sus hermanos son constitutivamente incapaces de equilibrar la creatividad con la responsabilidad. O bien sobredimensionan (produciendo tanto verdades como falsedades, respaldando decisiones éticas y no éticas por igual) o bien minimizan (al mostrar falta de compromiso con cualquier decisión e indiferencia ante las consecuencias). Dada la amoralidad, falsa ciencia e incompetencia lingüística de estos sistemas, solo podemos reír o llorar ante su popularidad”.

Nota – Están disponibles los siguientes vídeos:

  • Conferencia íntegra y espacio de preguntas (pinchar aquí)
  • Entrevista realizada por Peru Sasia. Reflexiones sobre la innovación tecnológica y la urgencia de desarrollar un sistema regulatorio y de prácticas responsables de las empresas (pinchar aquí)
  • Entrevista a Gemma Galdon Clavell realizada por Lorena Fernández Álvarez, Directora de Comunicación Digital de la Universidad de Deusto. Reflexiones sobre el impacto social de los sistemas algorítmicos, la reproducción de los sesgos de la sociedad en los procesos de la Inteligencia Artificial (pinchar aquí)

Referencias