lunes, 1 de julio de 2024

Acompañamiento tutorial y sentido de la vida

 


El 27 de junio tuvimos la cita anual de la Jornada del Tutor organizada por el Servicio de Orientación Universitaria (SOU) de la Universidad de Deusto. Contamos con un ponente de lujo, Francesc Torralba, con la conferencia: “Acompañamiento tutorial y sentido de la vida”. El acto fue abierto (y cerrado) por la Vicerrectora de Comunidad Universitaria y de Agenda 2030, Aitziber Idígoras. El Director del SOU, Manuel Marroquin sj, nos dirigió unas palabras para recordarnos el papel fundamental del acompañamiento vital tanto en el proyecto profesional como personal del alumnado; la constatación de que es una labor no suficientemente reconocida y la filosofía de base del servicio: el humanismo trascendente. Compartiré las principales ideas que me llevo de la conferencia junto con algunas experiencias e ideas personales.

El profesor Torralba comenzó diciendo algo con lo que me sentí muy identificada (me imagino que el resto del público también). Nos pasamos la vida en el aula (donde exponemos) y en el despacho (donde escuchamos y normalmente no se habla del temario). A veces los recuerdos más valiosos para nuestro alumnado se dan en esas conversaciones difíciles (rupturas y perdidas no digeridas, desorientación, dudas, etc.) a puerta cerrada.

Desde el principio explicó que iba a hablar desde su experiencia personal y desde la experiencia de otras personas. Y nos presentó a tres pensadores que son sus grandes referencias para el tema que nos ocupa: 1) Paul Tillich, teólogo protestante, y su libro El coraje de ser. El proyecto persona de vida es propio, genuino. Nadie quiere se “el clon de…”. Pero para ello necesitamos a los demás. No somos “a pesar de” los demás, sino “gracias a” los demás. Parafraseando a Descartes, “Soy cuidado, luego existo”. 2) Rollo May psicólogo y psicoterapeuta existencialista estadounidense, y su libro The courage to create, en honor a su maestro, Paul Tillich. 3) Edith Stein, o sor Teresa Benedicta de la Cruz, y su idea de que formar es acompañar a una persona a devenir lo que está llamada a ser, no adoctrinar o teledirigir, para lo que es necesario discernir en silencio.

Uniendo los tres autores mencionados, el profesor Torralba nos presentó el mapa del acompañar. “La formación es un proceso infinito, nunca realizado del todo”. Actualmente tiene un doctorando de 92 años, que ha pasado toda su vida en un taller mecánico y ahora ha descubierto la filosofía. El tutor se va formando en interacción con el tutorando. Muchas veces cuando nos vienen a ver están rotos. Ahí se hace un pacto de empatía. Es necesario que el tutor o tutora sean humildes, no lo saben todo y no lo pueden todo. En ocasiones se siente una gran impotencia. La palabra tiene valor, pero a veces es impotente. Existen otros lenguajes que permiten expresar lo que sentimos.

Cuando los seres humanos nacemos estamos desorientados. Hace falta valor para asumir el reto de vivir. Actualmente se habla de la generación de cristal, personas con una baja tolerancia al fracaso. ¿Cómo se forma el carácter (ethos)? No podemos caer en la visión idílica del “todo va a ir bien”. Tenemos que ayudar al alumnado a desarrollar su proyecto con realismo sin ocultar los obstáculos, las tensiones. Existen inteligencias múltiples, cada persona tiene más desarrollada alguna, y también hay apoyos para hacerlas crecer. La pregunta clave es la pregunta por el sentido, y esa es una tarea genuinamente humana, no hay IA que nos pueda ayudar a encontrar la nuestra. Muchas veces llenamos nuestra vida de actividad para huir del vacío, pero eso no nos procura una vida plena. Tendremos que ayudar a quienes se nos acercan a digerir el fracaso y redirigir el proyecto de vida.

Descubierto el sentido podemos ayudarles a ver los pasos necesarios para hacerlo realidad. Muchas veces tienen una quimera, una imagen esperpéntica, de lo que es la profesión (influida, por ejemplo por las series de televisión).

El profesor Torralba señaló tres momentos clave en cómo concibe y practica el acompañamiento:

1. Autoconocimiento, que es el punto de partida. Hay quienes tienen una visión desenfocada, bien porque se subestiman o porque se sobreestiman. Es importante tener una imagen real de uno mismo, de una misma. ¿Tengo las capacidades, habilidades, recursos, etc. para este propósito? Hay muchos fracasos que son previsibles, que proceden de la carencia de autoconocimiento. Acompañar este proceso requiere de varios encuentros.

2. Autodeterminación. Se trata de dibujar un horizonte siendo conscientes de que los procesos exigen tiempo, algo no muy común en los tiempos de la inmediatez que vivimos. El éxito, la excelencia, nunca es casualidad, no es fortuita. La autenticidad tiene un precio, puede suponer que no visite la culpa o que tengamos que “salir de la autopista” y tomar un camino más estrecho y lento. Como tutores, como tutoras podemos decirles que ahí estaremos, a su lado.

3. Identificar los eslabones, el momento más pragmático, que en muchas ocasiones es un trabajo de la comunidad, implica a agentes diversos.

Y en todo este camino es imprescindible la ductibilidad, si no es fácil la ruptura emocional. “La rigidez es la muerte a la hora de dilucidar el proyecto personal de vida”. Hay que aclimatarse a contextos y escenarios no imaginados. Hay muchas cosas que son ajenas a la voluntariedad

Parafraseando a Romano Guardini, filósofo de referencia del Papa Francisco, “el ser humano es una obra de arte en proceso”… y nuestro papel es acompañar ese proceso sobre el pilar de la confidencialidad, que es lo que construye la confianza.

La conferencia del profesor Torralba trajo a mi memoria dos experiencias personales, de esas que te confirman que la tarea merece la pena… El curso pasado un alumno que no se había presentado en la convocatoria ordinaria acudió a la revisión, tal y como yo había indicado. Era un alumno de esos que conoces porque tiene dificultades desde el primer día, a pesar de hacerlo muy bien cuando se lo proponía. Estuvimos un rato largo charlando, sobre su trayectoria, sobre la vida, sobre sus aspiraciones… Cuando salió de mi despacho había tomado la decisión de hablar con sus padres y dejar la carrera. La persona que entró en mi despacho no era la misma que salió. Se había liberado de una carga. La pena que tengo es que no sé cómo acabó el tema, aunque tengo el convencimiento de que ahora estará mejor. La otra experiencia es muy reciente. Este curso he tutorado un TFG que me ha dado bastantes dolores de cabeza. Hemos tenido muchas más tutorías de las habituales. La alumna estaba muy desorientada… y muy desganada. Su actitud no ayudaba. No hacía caso a las sugerencias, no avanzaba… La tutoría para la devolución sobre el borrador final fue muy dura. Me puse muy muy dura con ella. Le dije que su trabajo tal y como estaba no era un TFG, que no había atendido a las sugerencias, etc. Reconozco que subí mucho el tono (hasta el punto de que al acabar el compañero del despacho de al lado me dijo: “Sonabas desesperada”). Le dije que la semana siguiente, antes de la entrega tendríamos una tutoría extraordinaria y que me enviara el trabajo con antelación. En esa reunión me dijo algo así: “Te agradezco que hayamos llegado hasta aquí y que el otro día fueras muy dura conmigo. Lo pasé muy mal, pero me he dado cuenta de que tenías razón en todo lo que me decías. Me vino bien la bronca”.

En el espacio de la tutoría no siempre se da un conexión profunda, pero nunca sabemos cuándo una conversación puede suponer un cambio en el rumbo de una persona...

Referencias

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario