El Día Internacional de
Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue establecido en 1999 por la
Asamblea General de las Naciones Unidas.
Transcribo las razones que da la ONU para la celebración
de este día:
- “La violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos”.
- “La violencia contra la mujer es consecuencia de la discriminación que sufre, tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razón de género”.
- “La violencia contra la mujer afecta e impide el avance en muchas áreas, incluidas la erradicación de la pobreza, la lucha contra el VIH/SIDA y la paz y la seguridad”. [Animo a ver el siguiente vídeo].
- “La violencia contra las mujeres y las niñas se puede evitar. La prevención es posible y esencial”.
- “La violencia contra la mujer sigue siendo una pandemia global. Hasta un 70% de las mujeres sufren violencia en su vida”. [Para quienes les gusten las cifras véanse los Hechos y cifras que aporta ONU Mujeres].
De los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible el Objetivo 5 marcado por la ONU es: “Lograr
la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. En
la explicación del objetivo se dice: “La igualdad entre los géneros no es solo
un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo
pacífico, próspero y sostenible”. La
brecha de género es una realidad. En su informe de 2016 el Foro Económico Mundial señala que faltan todavía 170 años para que
se cierre la brecha (se tienen en cuenta cuatro áreas: salud, educación,
economía y política). El pronóstico ha empeorado desde que comenzó la crisis y
difiere según regiones. Se han dado avances, sobre todo en el ámbito de la educación
y de la salud. Hay evidencias de que a menor brecha mejores indicadores de
crecimiento económico. [Véase este interesante artículo que lleva por título “Sin mujeres no hay desarrollo”].
Me ha gustado la Declaración
de Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, en torno al
día de hoy: “Creemos en un mundo en el
que las mujeres y niñas puedan realizarse y prosperar en paz del mismo modo que
los hombres y niños, compartiendo y beneficiándose de sociedades que valoran
sus habilidades y aceptan su liderazgo. Y eso es lo que intentamos conseguir con
nuestro trabajo. La violencia contra mujeres y niñas tiene consecuencias
devastadoras para las personas y la sociedad” [véase aquí
la Declaración completa]. Lo veo claro, es necesario empoderar a mujeres y
niñas y erradicar la violencia contra ellas. No sólo es una cuestión de justicia
sino, probablemente, de supervivencia y de avance de la Humanidad. Hay un
proverbio chino que me parece muy sugerente… “las mujeres sostienen la mitad del cielo”.
Hay voces que se
alzan en contra del discurso del género. Recientemente he leído un artículo
cuyo título ya da qué pensar “La ideología de género es ‘una reingeniería social perversa, totalitaria y basadaen mentiras’” . El artículo es una entrevista a una autora que ha publicado
un libro que supuestamente “desmonta intelectualmente la ideología de género”. Transcribo
algunas de las preguntas del periodista que muestran claramente una carga
ideológica: “¿Y por qué el mundo educativo acepta tan pasivamente el
adoctrinamiento de género, la perspectiva de género, la verborrea de género...?”;
“La naturaleza siempre ‘se venga’ de las violaciones de la ley natural. ¿Se
empieza a ‘vengar’ también de la ideología de género?”; “¿Hay una relación
entre feminismo e incremento de las rupturas matrimoniales?”; “¿Niega usted
entonces un factor esencialmente "machista" en ese tipo de violencia?”…
Transcribo la respuesta que da la autora
a esta última pregunta: “La violencia sobre la mujer solo por ser mujer y
sentirse el hombre superior es excepcional en los países igualitarios, pero se
aplica como única causa. Y esto hace incrementar la ratio de tales hechos
violentos…y criminaliza al varón, culpable por genes de tal violencia”.
Posiciones como ésta parecen ignorar tanto la construcción histórica y social
que supone el patriarcado
como la existencia de distintas corrientes en el feminismo. Además,
no creo que ayuden a erradicar un problema social que es muy serio y con unas
raíces muy profundas. “Ni una menos”, “No es no”, “Si te pega no es amor”… son
mucho más que movimientos o lemas. Son ‘gritos’ unánimes que deben calar en
nuestras sociedades para que estas sean más
justas y más humanas.
Para terminar dejo un
interesante instrumento elaborado por la Unidad Politécnica de Gestión con
Perspectiva de Género, el Violentómetro.
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