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[He publicado esta entrada el 05.08.2014 en el Blog de Inteligencia
Emocional de Eitb-desaparecido el 01.07.2024]
Rogelio
Fernández comenzaba el ‘reencuentro’, en la entrada
anterior, hablando de las emociones que guían este nuevo camino emprendido
por el CIE (Consorcio
de Inteligencia Emocional): ilusión
y esperanza. Ambas son emociones de
futuro, pero en mi opinión, iluminan el único tiempo que existe, el presente, que es sobre lo que voy a
hablar en esta entrada. La necesidad de vivir aquí…
ahora… es algo que me ronda desde hace un tiempo.
No sé si por efecto de la edad, la madurez, la experiencia,
el paso del tiempo o qué sé yo… llega un momento en el que, consciente de que
es mayor el tiempo que tienes por detrás que el que te queda por delante, caes
en la cuenta de lo importante que es aprovechar el momento, carpe
diem – que decían los latinos- y que muchas veces se ha malinterpretado
como ‘hacer lo que uno quiera’. Vivir
aquí… ahora… no nos desresponsabiliza de las consecuencias de nuestros actos.
Todo lo contrario, nos vincula profundamente con nuestra realidad y lo que la
afecta y a quienes afecta.
Siempre es momento para conectar con el presente; da igual
si hemos vivido un tiempo en el pasado (suele ser habitual en las personas de
edad avanzada) o en el futuro (muchas veces cuando eres joven vives pensando en
lo que pasará cuando…). A veces la vida te recuerda, bajo la forma de una
enfermedad o una pérdida, que no se
puede malgastar ni el tiempo ni la vida porque son finitos. Y eso que, a priori,
se podría ver como una desgracia se convierte en una oportunidad de Vivir (con
mayúsculas) en el aquí… ahora….
Los 5 ideales del Reiki, encarnan a la perfección la
actitud de Vivir aquí… ahora…
- Sólo por hoy, me libero de toda preocupación.
- Sólo por hoy, me libero de todo enfado.
- Sólo por hoy doy, las gracias por mis muchas bendiciones; honro a mis padres, profesores y ancianos.
- Sólo por hoy, vivo mi vida honestamente.
- Sólo por hoy respeto la Vida a mi alrededor bajo cualquier forma.
Cada día, cada momento, tengo que renovar mi compromiso con la Vida y las personas. No se pueden
hacer promesas “para toda la vida”, igual que no podemos castigar a un hijo “de
por vida”. Hay un dicho en euskera que dice “gero gerokoak” (Y luego… luego se
verá). Hay que ocuparse de los temas y los problemas, pero pre-ocuparse de poco ayuda; lo único que hace es desconectarnos del
presente y generarnos ansiedad y tristeza. Un proverbio árabe nos lo recuerda
claramente: “Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no la tiene, ¿por
qué te preocupas?”.
Si conseguimos Vivir
aquí… ahora… seguramente seremos mucho más felices porque sabremos aprovechar cada momento;
porque no quedará un abrazo o un beso sin dar; un “te quiero”, un “gracias”, un
“lo siento” sin decir; una llamada o una visita sin hacer; un correo sin
enviar; una charla sin mantener…
Alguien con mucha sabiduría vital me decía hace poco: “la
eternidad es un eterno presente”.
¿Dónde vives tú? ¿Estás conectado con el presente?
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