miércoles, 1 de octubre de 2025

Reflexiones sobre un nuevo modelo económico y social

 

Fuente de la foto: Flickr dela Universidad de Deusto

El 29 se septiembre asistí en el Paraninfo de la Universidad de Deusto a la ponencia de apertura del BBK Bilbao Kultura Social Forum, a cargo del Profesor Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, bajo el título: “Reflexiones sobre un nuevo modelo económico y social”. La imagen al verle entrar apoyándose en un bastón, un poco encorvado, cambió completamente en cuanto empezó a hablar… pura energía. Hay una palabra que describe muy bien lo que me transmitió durante toda la conferencia: bonhomía. Voy a compartir algunas de las ideas que expuso.

Nos encontramos ante una crisis de deuda, pero también de desarrollo. Elon Musk, Jeff Bezos, han visto crecer sus fortunas de una forma descomunal. Sin embargo, hay salarios que se mantienen como hace 60 años. Un dato interesante es que China es el país donde más ha disminuido la pobreza.

El capitalismo neoliberal no es sostenible. No se ha cumplido la teoría de Adam Smith de la Mano invisible, que decía que la búsqueda del bien propio favorece el bien común. Es más, se generan muchos más beneficios cuando se explota a otras personas, y también al planeta. Ha aumentado el monopolio y la concentración empresarial, lo que ha erosionado el poder de la competencia. Y lo peor de todo es que las personas se han hecho más egoístas y centradas en el corto plazo, lo que cambia profundamente lo que la persona es, su esencia.

Tanto el sistema político como el económico no pueden funcionar sin buena información [cabe recordar que ganó el Premio Nobel por sus aportaciones a la teoría de los mercados con información asimétrica]. Sin buena información es el miedo el que gana. Las empresas tecnológicas y la IA roban información, lo que disuade de generarla a quienes lo hacen (periodistas, investigadores, agencias, etc.). Y surge una inquietante pregunta: ¿nos dirigimos hacia un mundo con mejor información? Hay que tener en cuenta un principio claro: “garbage in, garbage out” (si entra basura, sale basura).  Actualmente se está dando un “engagement through enragement” (compromiso a través de la indignación), una crítica a cómo operan muchas plataformas digitales y redes sociales. Además, la investigación que se está primando es la que conduce a una mejor publicidad (advertising).

Los fallos del modelo neoliberal han creado una tierra fértil para el autoritarismo. Los EE.UU. se han convertido en un aliado no fiable. Se están atacando las bases profundas de la democracia: la libertad de prensa, la libertad de discurso, la libertad académica, etc. Hay factores que contribuyen claramente a esto: la desindustrialización, en la que existe la promesa incumplida de que los mercados atenderán a quienes perdieran el empleo; el crecimiento de la desigualdad, que mina la solidaridad; el deterioro de los sistemas de información, que contribuye a la polarización y dificulta incluso llegar a los acuerdos más básicos.

Las instituciones que contribuyen a la verdad y al avance del conocimiento están siendo gravemente atacadas: universidades, centros de investigación, prensa, agencias de inteligencia. Los valores de la Ilustración están en serio peligro. Los desarrollos científicos que hicieron posible el progreso se ponen en cuestión. Los avances logrados en la organización social y en la democracia, antaño motores de cooperación, hoy se ven puestos en duda. Todo lo señalado tiene consecuencias económicas adversas.

¿Qué se puede hacer? Las reformas política y social se tienen) que hacer a la vez. Hay que revertir el efecto pernicioso sobre la empatía que ha tenido el capitalismo. Las desigualdades crecientes hacen que quienes están del lado del privilegio ni siquiera sean capaces de entender la situación de quienes están en el lado opuesto. Es fundamental impulsar la acción colectiva. La principal lección de la era Trump, de la que tenemos que tomar buena nota en Europa, es que las instituciones democráticas son robustas, pero quizá no tanto como pensamos. En un mundo globalizado lo interno y lo externo están interconectados. Existen formas diferentes de hacer, que habría que potenciar. Por ejemplo, las cooperativas son un buen modelo y ejemplo de funcionamiento desde otros valores. Esto se vio claro en la crisis financiera del 2008. No podemos permitir que se desvaloricen las instituciones internacionales, ni que se pierdan los valores de la Ilustración. Y esto sólo se puede hacer desde la cooperación global (seguramente sin EE.UU.).  Después de asistir a la charla, mi conclusión es que no sólo es posible, sino que merece la pena, comprometerse por construir un mundo mejor. No nos podemos dejar llevar por la desesperanza.

 

Referencias