viernes, 26 de mayo de 2017

Por unas relaciones afectivo-sexuales libres de violencia


[He publicado esta entrada el 26.05.2017 en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb-desaparecido el 01.07.2024]


El 6 de mayo de 2017 asistí en el Auditorio de la Universidad de Deusto a la charla-debate:  “¿Quién nos atrae y por qué? Relaciones afectivo-sexuales libres de violencia”, organizada por la  Plataforma Interdisciplinar de Género e impartida por Marcos Castro Sandúa, Profesor de Secundaria así como de la Universidad de Barcelona. El profesor Castro pertenece a la asociación Homes en Diàleg (Hombres en Diálogo) cuyos miembros, como dice su página web, tienen como único rasgo en común “el convencimiento en la lucha contra la violencia de género y por unas relaciones igualitarias y apasionadas”. En la asociación trabajan en la socialización preventiva de la violencia de género. El Auditorio estaba lleno un sábado a las 10.30 de la mañana. En su mayoría era alumnado de psicología pero también había profesorado de la universidad y de centros de secundaria. Yo me marché a las 12.40 y todavía se estaban haciendo preguntas… Este hecho habla del interés que suscitó el tema. En una intervención que hubo al final se señaló que la presentación que se había hecho estaba basada en relaciones heteronormativas. La respuesta fue que sobre relaciones no hetoronormativas no hay mucha investigación pero que el modelo que se presenta se podría extrapolar.


En el cuadro anterior se resume el modelo tradicional de relaciones afectivo-sexuales con la imagen de fondo del castillo feudal. En la base del castillo está la doble moral: “lo que debo hacer, lo bueno” (ética) frente a “lo que me gusta” (deseo). Esta doble moral se puede ver en las declaraciones de una adolescente a Ragazza que presentó el profesor Castro: “Mis papás me dicen que me case con un chico bueno y yo les hago mucho caso; hasta que me tenga que casar, me dedico a divertirme con los malos”.
Normalmente los adultos educamos desde la ética y la otra parte, la del deseo, no la presentamos. No argumentamos para desmontar este modelo tradicional. Llega un momento en el que los adultos poco podemos influir en la educación, lo que más inciden son los iguales y los mensajes que reciben a través de los medios, las redes, etc. Por eso es importante trabajar desde la infancia, y presentando la cara del deseo, para que no se normalice la violencia como algo natural en el proceso de socialización.
En este modelo se opone la Masculinidad Tradicional Dominante (MTD), que es lo ‘deseable’ y lo que gusta,  a la Masculinidad Tradicional Oprimida (MTO). Como personificación del MTD tendríamos a los señores feudales que aparecen en la serie Juego de Tronos; y de la MTO al Pagafantas. El modelo de relación que se presenta en el lado de la MTO es el del amor sin pasión, y en la MTD es el de la pasión sin amor. Es significativo el comentario que le hizo una alumna de 1º de la E.S.O. después de ver un vídeo de un “chulo de manual”: “Prefiero un cabrón que un mariconcete”. No se puede equiparar la MTO con la MTD, pero el sistema necesita a los Pagafantas ya que lo mantienen. En la literatura, el cine y la televisión hay muchos ejemplos que reproducen y perpetúan este modelo tradicional: la Celestina, Don Juan Tenorio, Tres metros sobre el cielo, la saga After (cuyo público objetivo son adolescentes), Mujeres y Hombres y Viceversa, etc. Llama la atención que el “preso más guapo del mundo” debutara en la Semana de la Moda de Nueva York en febrero de 2017, poco después de haber sido puesto en libertad (una vez más triunfa el “chico malo”); o que en televisión se frivolice gastando bromas que normalizan el acoso sexual.
Como señaló el profesor Castro “No hay ningún otro rasgo común a todos los hombres que matan o agreden a las mujeres que ser hombres MTD” (Flecha, Puigvert y Ríos, 2013: 99). Cuando una mujer es agredida no hay nada que le haga ser agredida. Puede que haya consentido hasta momentos antes pero “NO es NO”. Y en esto se educa, y se aprende, desde la infancia. Hay que tener claro que tu cuerpo es tuyo y nadie lo puede profanar. No  todo es un juego. No puede ser ‘normal’ que se nos invada. Quienes abusan de menores utilizan el juego y el secreto para actuar con impunidad. Para este proceso educativo son útiles libros como: ¡Mi cuerpo es mío!Ni un besito a la fuerza; o webs como: La regla de KikoFundación RANA.
Es importante utilizar prácticas preventivas que sean seguras. A veces se presentan dinámicas, como la que reproducimos a continuación y que mostró el profesor Castro, que tienen una visión bastante naíf de los conflictos (está sacada de un manual que está disponible en la web). En el fondo de esta está la visión de que el conflicto se da entre iguales. Rara vez sucede así. Normalmente suele haber una persona que machaca a otra. Los adultos rara vez nos enterarnos de todo. Además, dramatizar o hacer juegos de rol tienen sus riesgos. Hay que estar muy seguro de quién es quién, ya que podemos poner a las personas en situación de desprotección (por ejemplo, si la víctima de acoso hace ese papel en la dramatización). Si no estamos seguros de los roles de cada persona es mejor no hacer nada ya que puede ser una actividad de destrucción emocional. Y acabar con “esto es un beso”… ¿Qué pasa si la persona no quiere? Igual podemos acabar ejerciendo una presión que va en contra del “NO es NO”. Basta con imaginar que a los adultos nos propusieran algo así…

Para superar este modelo tradicional de masculinidad y de relaciones Bonino (2008: 77) señala que  “se requiere dirigirse explícitamente a los hombres, en tanto todos, de una u otra manera, por acción, omisión, complicidad, o indiferencia, participan en la generación, mantenimiento, legitimación y perpetuación de la violencia de género. Son ellos quienes incorporan, portan, practican, naturalizan, permiten y perpetúan las viejas formas de masculinidad no igualitaria que sustenta dicha violencia. Sin su cambio; sin su renuncia a la reproducción de los valores masculinos desigualitarios, la violencia de género no podrá erradicarse”. Hay que apostar por las nuevas masculinidades alternativas (NAM – New Alternative Masculinities). “Si conseguimos mover el atractivo hacia las NAM, estaremos promocionando no sólo  relaciones igualitarias sino relaciones llenas de sentido, pasión e ilusión” (Natividad Sancho, 2014: 60).
También hay que erradicar algunos mitos que están muy extendidos:
  • La idea del instinto, rayo, química, magia. El amor, el deseo y la atracción sexual son sociales, no son inevitables. Representan “la exteriorización de aquellos gustos y preferencias interiorizados a través de la socialización previa” (AA.VV., 2015: 10). Entra en juego la libertad y la responsabilidad. Su origen no es biológico, se ha aprendido. Por lo tanto se puede desaprender.
  • La atracción temporal. La juventud recibe muchos mensajes de que lo importante es pasárselo bien sin importar con quién. Esto llevado al extremo son las camisetas con eslóganes como “Hoy follo, mañana a juicio” o “Médico de buena fama, mejor aún en la cama” que se lucieron en la fiesta de las paellas universitarias en Valencia. Sería cuestionable qué se entiende por pasarlo bien. Además, decir que no importa con quién es frívolo o ingenuo. Claro que importa con quién y cómo. Hay hechos que pueden marcar e incluso destrozar una vida.
  • El espejismo del ascenso. Es la percepción equivocada de que al tener una relación con un chico MTD su estatus e interés sube, cuando en realidad baja y pasan a ser objeto de acoso. Incluso hay casos que tienen un desenlace fatal (Alandete, 2010).
La buena noticia es que hay vida fuera del castillo. Se pueden derribar los muros. El punto de partido es reconocer lo que previamente hemos comentado. Se critica mucho el enamoramiento porque desprotege. Lo que desprotege es de quién y cómo te enamoras. Cuando el ideal se construye fuera de los muros del castillo puede ser un salvavidas.
Ramón Flecha y Lidia Puigvert plantean el «amor ideal» del Siglo XXI “como diverso y plural. El amor ideal no va asociado a ninguna opción sexual en particular ni forma de relación en concreto, ni tiempo de duración específica y sí tiene un rasgo común: ausencia de violencia de género.  La socialización en el deseo hacia el «amor ideal» contribuye a prevenir la violencia de género, ya que conjuga ausencia de violencia de género con libertad sexual y libertad de elección en las relaciones” (AA.VV., 2015: 49).
Se trata de desarrollar relaciones que combinen pasión y amistad, excitación y cariño, locura y ternura. Y esto se consigue potenciando:
  • La amistad y seguridad. Para ir en contra de quienes cometen abusos y agresiones hace faltan redes de apoyo. Los buenos amigos se posicionan, la amistad protege. Y eso se aprende igual que se ha aprendido la ley del silencio. Frondoso, el personaje de Fuente Ovejuna, se enfrenta a la autoridad en contra del derecho de pernada porque cuenta con el apoyo del pueblo.
  • La fortaleza y la valentía. Está muy relacionado con lo anterior. Se debe poner el atractivo en quien se posiciona en contra. Hay que ponerse a favor de la víctima y en contra de quien maltrata. Una vez que te posicionas ahí tienes que ser fuerte y valiente. Existen iniciativas muy interesantes como: El club de los valientes de la comunidad de aprendizaje CPI Sansomendi IPI (Vitoria); La Red solidaria de víctimas de violencia de género en las universidades; o Truckers Against Trafficking (TAT).
  • La bondad y el atractivo. Si logramos que la bondad genere atractivo conseguiremos construir la alternativa.
“La combinación de la atracción con la igualdad es lo que permite a los NAM romper con la doble moral y contribuir para prevenir y erradicar la violencia de género” (AA.VV., 2015: 24). Construyamos entre todos unas relaciones igualitarias y libres de violencia. Eduquemos para soñar relaciones ideales basadas en la igualdad, la libertad, la pasión, la bondad, y la amistad.
Bibliografía

martes, 2 de mayo de 2017

El proyecto de vida y el sentido

[He publicado esta entrada el 02.05.2017 en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb-desaparecido el 01.07.2024]


Los días 27 y 28 de abril he asistido al último módulo del Plan de Formación en Misión e Identidad Ignacianas que la Compañía de Jesús ofrece a personal de sus distintas obras y que comencé hace tres años. Este último módulo ha estado dedicado al proyecto personal de vida, que en los aspectos psicológicos ha estado presentado por Manuel Marroquín sj. Voy a señalar y adaptar aquí las principales ideas que me llevé.
Una aspiración muy generalizada es la de ser feliz. Para ello es importante tener claro cuál es tu proyecto de vida, lo que supone una reflexión profunda sobre ti mismo y sobre tu vida. Podríamos definirlo como “el ejercicio de determinar lo que se quiere hacer en la vida fijando unos objetivos y estableciendo los medios adecuados para su consecución” (Marroquin, s/f). Un proyecto de vida no es una mera declaración de intenciones o deseos. Supone reflexión y discernimiento sobre objetivos y el compromiso de trabajar para conseguirlos. Es la base de la autorrealización ya que dota de un sentido a la vida, marca la finalidad, el para qué estoy aquí, cuál es mi misión. Viktor Frankl decía: “Y yo me atrevería a decir que no hay nada en el mundo capaz de ayudarnos a sobrevivir, aun en las peores condiciones, como el hecho de saber que la vida tiene un sentido. Hay mucha sabiduría en Nietzsche cuando dice: ‘Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier como’” (p.59).
Un proyecto de vida es un movimiento de interiorización profunda. Lo importante es que tenga coherencia interna, que los valores que están imbuidos en él sean consistentes. Además es un movimiento situacional, parte del aquí y ahora de mi vida. Y se centra en la elección y el compromiso con la acción. “El Proyecto, por tanto, supone un movimiento de interiorización en el que el ser humano, sin huidas de la realidad, trata de asumirse a sí mismo, profundizar en la reflexión y adquirir una capacidad de contemplación, que incluye el compromiso de la acción” (Marroquin, s/f).
El ser humano se constituye, construye su identidad, a través de las elecciones que hace. La libertad no es absoluta, está condicionada por múltiples factores, pero no estamos determinados. Tenemos márgenes de libertad. Al menos podemos decidir cómo afrontamos las situaciones de la vida.  “Las elecciones marcan la forma y personalidad de cada sujeto. La vida humana puede considerarse como un permanente proceso electoral que nos exige optar en cada momento entre multitud de posibilidades” (Jiménez Ruiz, s/f).
Elegir tiene unos ‘riesgos’ que debemos conocer y asumir:
  • Las elecciones que hacemos tienen consecuencias de las que debemos responder.
  • Cuando optamos renunciamos a otras posibilidades.
  • Elegir supone una ruptura con la necesidad de seguridad porque acaba con el statu quo (el refrán castellano dice “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”).
  • Hay un riesgo de que otros elijan por nosotros, el “yo colonizado” del que habla Gergen. Introyectamos los modelos y mensaje que nos transmiten los medios de comunicación, las redes sociales, la sociedad, el grupo, etc. El antídoto antes este mimetismo es una reflexión profunda sobre uno mismo. Es importante conocer y admitir los influjos que uno tiene pero sin dejar que le condicionen.
A la hora de elaborar o reelaborar el proyecto de vida es importante conocer si se tiene locus de control interno (hay percepción de control sobre los eventos que nos suceden) o externo (no hay percepción de control). El locus se manifiesta en los guiones de vida, que son  “como el argumento preestablecido de una obra dramática que la persona se siente obligada a representar, independientemente de si se identifica o no con su personaje” (Alex Rovira). Estos guiones:
  • Tienen un carácter principalmente emocional que influye en las relaciones.
  • Están definidos para los diez años.
  • Provienen predominantemente, que no exclusivamente, de la relación materna.
  • Influyen en la percepción de uno mismo y de los demás.
  • Promueven las posiciones existenciales que condicionan el comportamiento.
Para elegir nuestra propia vida es necesario analizar sin miedo ni tapujos nuestros guiones y hacer una redefinición de los mismos. Se trata de pasar “de la vida prefabricada al bricolaje personal”. Es posible aunque no es fácil. Para conocer nuestros guiones Manuel Marroquín nos dio un cuestionario muy sugerente:
Cuestionario de programación personal (Life-Script). Manuel Marroquín
  1. ¿Cómo te ves a ti mismo ahora?
  2. ¿Desearías cambiar algo de ti mismo? ¿Qué?
  3. ¿Qué te ha impedido realizar dicho cambio?
  4. ¿Eres realmente tú mismo, “tu propia persona”, o vives en perpetua acomodación a las expectativas de los demás, o de los medios de comunicación?
  5. ¿En qué sentido eres parecido a tu madre?
  6. ¿En qué sentido eres diferente?
  7. ¿Cuál ha sido su principal consejo?
  8. ¿Qué conductas tuyas le harían feliz?
  9. ¿Qué conductas tuyas le desagradarían?
  10. ¿En qué sentido eres parecido a tu padre?
  11. ¿En qué sentido eres diferente?
  12. ¿Cuál ha sido su principal consejo?
  13. ¿Qué conductas tuyas le harían feliz?
  14. ¿Qué conductas tuyas le desagradarían?
  15. ¿Qué te agrada más de ti mismo?
  16. ¿Qué te agrada menos de ti mismo?
  17. ¿Cómo te gustaría verte dentro de cinco años?
  18. ¿Qué haces ahora para convertir ese ideal en realidad?
  19. ¿Qué deseas más en la vida?
  20. ¿Cuándo “te sientes bien” acerca de ti mismo?
  21. ¿Cuándo no “te sientes bien” acerca de ti mismo?
Elegir la propia vida no es sencillo pero merece la pena ya que nos conecta con el sentido, desde el cual se pueden afrontar las distintas situaciones que nos enfrentemos.
Bibliografía