martes, 26 de enero de 2016

Cómo despertar de un mal sueño...


Acababa mi post anterior diciendo que lo primero es el amor... Hoy lo completaría diciendo... lo que nos salva es el amor.

He pasado una noche agitada en la que he tenido una pesadilla muy 'real' que ha hecho presentes muchos de mis miedos, ha traído personajes muy significativos en mi vida y ha revivido algunos episodios y emociones no muy gratas... Dicen que los sueños duran muy poco, pero me ha parecido una eternidad... Más que nunca ha cobrado sentido para mí la frase de Yoda a Anakin Skywalker “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Veo mucho miedo en ti". Parece mentira la fuerza que pueden tener nuestro miedos y la energía que les dedicamos. Muchas veces no nos damos cuenta de que esos miedos nos alejan de la vida; nos llevan a un tiempo que no es el ahora; nos hacen apegarnos a las personas, las cosas, las situaciones... y todo ello lleva al sufrimiento...

Cuando uno de mis hijos tenía 5 años le diagnosticaron ansiedad de separación, lo cual exigió unas cuantas sesiones de terapia. Recuerdo las palabras de la psicóloga al darnos el alta: "Es un niño muy sensible. Los miedos se le presentarán de formas diversas a lo largo de la vida. Tiene que aprender a gestionarlos". Cómo te entiendo hijo... Yo también tenía terrores nocturnos... Y a veces todavía me persiguen malos sueños...

En estos momentos me vienen a la cabeza los versos de Calderón de la Barca:
"Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí. 
¿Qué es la vida? Una ilusión, 
una sombra, una ficción, 
y el mayor bien es pequeño; 
que toda la vida es sueño, 
y los sueños, sueños son."


Los "sueños, sueños son", pero creo que también nos traen mensajes. Para mí el mensaje hoy es que lo que nos salva es el amor. Lo que me ha hecho despertar de la pesadilla, lo que me ha traído a la realidad, lo que me ha hecho superar la angustia ha sido el rostro y la voz de mis seres más queridos; los que están aquí conmigo ahora y los que siguen estando de otra forma... Quien ha tenido la suerte de sentir amor incondicional tiene una tabla de salvación a la que aferrarse en los momentos de duda, miedo, dolor... Saber que para alguien importas, que hay quien notaría la diferencia si tú no estás ayuda a dar sentido al día a día... y a la vida entera... y, cómo no, ayuda a despertar de un mal sueño...






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