domingo, 31 de mayo de 2020

Sobre la credibilidad y la confianza


El otro día tenía la radio puesta mientras estaba preparando la comida y escuché a una persona en una tertulia radiofónica repetir varias veces, a cuenta de los cambios en el modo de contabilizar las personas víctimas del COVID-19, que Fernando Simón había perdido la autoridad moral y científica… Esa opinión me revolvió, me incomodó muchísimo y creo que incluso me enfadó. Me parecieron unas palabras de una grandísima dureza, que dichas en el altavoz de la radio podían influir a muchísimas personas y que no tenían en cuenta ni a la persona ni a la situación. Antes de que empezara el estado de alarma se publicó un artículo con el título FernandoSimón, el hombre antipánico que a mí me acercó a la figura de este hombre que se ha ganado su condición de experto a pulso. ¡Qué rápido juzgamos a las personas y cuestionamos su valía y su credibilidad! Esto me hace pensar en la doble moral que está muy extendida: juzgamos y criticamos con dureza los errores o fallos de las demás personas, mientras que mostramos una gran indulgencia con los propios.

Mi indignación ha aumentado cuando he leído que se ha presentado una querella contra él “porhomicidio y por falsear el número de muertos”. Tengo muy claro el principio de que “a mayor poder, mayor responsabilidad”, pero aquí se está pidiendo una responsabilidad desmedida, más que la que se exige a cualquier representante político y que excede lo razonable... Aunque ya se sabe lo bien que viene tener un chivo expiatorio a quien dirigir la ira y la impotencia.

Stephen M.R. Covey (hijo de Stephen R. Covey, 'Los7 hábitos de la gente altamente efectiva'), experto en temas de confianza, liderazgo y cultura, presenta cuatro comportamientos clave para construir confianza y credibilidad en tiempos de incertidumbre: 1) Hacer frente a la realidad; 2) Transparencia, que hace que nos vean como reales, auténticos; 3) Ir de frente, decir la verdad, llamar a las cosas por su nombre; 4) Extender la confianza en tu gente, en tu equipo. Y añade que es fundamental demostrar a las personas que son importantes. Estoy completamente de acuerdo con la importancia de estos comportamientos, pero no se me escapa que cuando hablamos de la gestión de lo público y el bien común no hay absolutos. Si bien la ciudadanía tiene derecho a la información, eso no quiere decir que todas las personas tengan que saber todo en todo momento y a la vez. Somos testigos de las reacciones que produce el pánico… Quizá eso sea lo más difícil de gestionar en una crisis, la comunicación: qué información, cómo, cuándo y a quién se da.

Se exigen medidas rápidas, eficaces y contrastadas… Y eso es mucho pedir… A posteriori cualquiera puede ver que otra actuación diferente hubiera sido más acertada. SantiagoGarcía Cremades, el matemático y divulgador científico en RNE que predice con una tasa de error del 5% la cifra de personas fallecidas diarias por COVID-19, señala que  “El virus nos ha pillado a todos sin estrategias y por sorpresa, eso está claro. Lo que me gusta de los gobernantes en general es que aboguen por usar la evidencia científica, es lo único que nos puede ayudar ahora, la ciencia y la unidad social. Se ha visto cómo algunos dirigentes han abusado de su alta estima en sí mismos, obviando datos científicos y decidiendo sin consenso de expertos. Vamos, muchos han hecho de cuñaos, pero bien” (para leer la entrevista pinchar aquí). MartínBonfil Olivera, divulgador científico mexicano, explica muy bien que “una idea errónea muy común acerca de la ciencia es que está basada en certezas. En realidad, la ciencia es una disciplina en la que todo está, por principio, sujeto a discusión. La discusión crítica y la puesta a prueba de las explicaciones acerca de la naturaleza son la esencia misma de la labor científica” (para ver el artículo completo pinchar aquí).

Será mejor que dejemos el cuñadismo, “tendencia a opinar sobre cualquier asunto, queriendo aparentar ser más listo que los demás” (Fundeu), y cada uno y cada uno actuemos desde la preocupación por el bien común y la responsabilidad individual y colectiva… que aún tenemos mucho por demostrar. A falta de certezas, confiemos y seamos confiables…



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