lunes, 28 de marzo de 2016

Sobre la justicia, la compasión y el perdón


[He publicado esta entrada el 28.03.2016 en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb-desaparecido el 01.07.2024]

Llevo unas semanas, casi desde que empezó el cuatrimestre, dándole vueltas al tema de la justicia y de los derechos humanos. En los dos grupos que tengo este año en la asignatura de Ética cívica y profesional se están dando unos debates que dan qué pensar…  Algún día he salido de clase consternada por las opiniones que he escuchado…  Además se suma el dolor por los refugiados, por las personas que han perdido la vida por el sinsentido de la guerra, del terrorismo y de todo tipo de violencia, por tanto sufrimiento innecesario…

Parece mentira que jóvenes universitarios de poco más de 20 años sean capaces de defender de forma airada y rotunda que si una persona mata a alguien cercano, ya sea por error o por una negligencia, ellos matarían a esa persona. Que es justo, que es lo adecuado, que es normal… Y eso aun sabiendo que no está bien, que no es correcto… El principal argumento es que se lo ha buscado, que renunció a sus derechos al hacer daño a otra persona…  ¿Cómo hablar de principios de ética profesional si no se asume lo más básico, la centralidad de la vida, que los derechos humanos son universales e inalienables…? ¿A dónde nos llevaría la universalización de esa postura? Podríamos entrar en una espiral de violencia sin fin… Esto suele ocurrir en los conflictos armados y las guerras…

Hace un año escribí un post, Sentimientos de justicia, sobre la película  El secreto de sus ojos por el impacto que me produjo la historia. Puedo entender, no es difícil, el dolor que produce la muerte injusta y violenta de tu pareja pero dedicar tu vida a la venganza, bajo la apariencia de justicia, no te hace ningún bien. Te hace perder tu humanidad. Te endurece el corazón. Te arruina la vida (aquí el alumnado argumenta que la vida ya se te había arruinado con la muerte de tu ser querido)…  

Creo que debemos educar y educarnos en la compasión y el perdón  para no dejarnos llevar por nuestros sentimientos e introducir racionalidad en la respuesta a las ofensas que nos hacen.

Una de las mejores definiciones que he escuchado de compasión es la de empatía en acción. “La compasión es el florecimiento absoluto de la conciencia. Es la pasión despojada de toda la oscuridad, liberada de todas las ataduras, purificada de todo el veneno. La pasión se convierte en compasión. La pasión es la semilla y la compasión es su florecimiento. […] La compasión es inmotivada, no tiene ningún motivo en absoluto. Ocurre simplemente porque tienes, porque das, y no porque el otro necesite nada. En la compasión no hay ninguna consideración hacia el otro. Tienes tanto que te desborda. La compasión es como la respiración, espontánea y natural” Osho

Y en muchos casos no es posible la compasión sin el perdón, que seguramente es una de las decisiones más valientes y con mayor potencial sanador y liberador. Supone elegir el bien, el amor y la vida.
“Perdonar. Perdonar siempre. El perdón no es olvido, que muchas veces significa no querer mirar la realidad de frente. El perdón no es debilidad, es decir, pasar por alto una ofensa por miedo al que la ha cometido si es más fuerte. El perdón no consiste en decir que no tiene importancia lo que es grave o que es bueno lo que es malo.

El perdón no es indiferencia. El perdón es un acto de voluntad y de lucidez, por lo tanto de libertad, que consiste en acoger a los hermanos como son no obstante el mal que nos han hecho, como Dios nos acoge a nosotros, pecadores, no obstante nuestros defectos. El perdón consiste en no responder a la ofensa con la ofensa, sino en hacer lo que dice S. Pablo: ‘No te dejes vencer por el mal, sino vence el mal con el bien’.

El perdón consiste en darle la oportunidad a quien te ha hecho un agravio de que pueda tener una relación nueva contigo; la oportunidad de que ambos podáis retomar la vida, tener un porvenir en el que el mal no tenga la última palabra”. Chiara Lubich

Me gustaría terminar con una preciosa canción de Gontzal Mendibil, “Lágrimas al viento”. Como dice la canción “Hoy me duele el alma, hoy lloro por ti”, lloro por tanta injusticia, por tanto dolor.. y elijo la vida, la compasión y el perdón". 


martes, 8 de marzo de 2016

En el Día Internacional de la Mujer: educar la mirada


Por diversas razones llevo días dándole vueltas al poder de las imágenes en la transmisión de estereotipos. Todo empezó con la noticia sobre la retirada del cartel que abre esta entrada por sexista. En él se anuncia la Emakumeen Bira, una de las carreras por etapas más importantes del ciclismo femenino en Europa, con la imagen de la ganadora de la edición del año pasado, Katarzyna Niewiadoma.

A la mañana siguiente de enterarme de la noticia, mientras estaba desayunando, les mostré el cartel a mis hijos y les pregunté qué les parecía. Primero vino Ander (2000) y tras mirarlo varias veces me dijo: “No entiendo… ¿por qué se le ve de espaldas?”. Después vino Xabier (1998) y me dijo que no entendía el cartel. Le comenté que anunciaba una carrera ciclista femenina y que había sido retirado, a lo que respondió… “Ahhhhhh… claro… porque la chica sale en plan sexi”.

Me parecieron tremendas algunas de las declaraciones del organizador de la carrera que se sentía “disgustado, aturdido y preocupado” por la reacción de la asociación que le sugirió darle una vuelta al cartel. En su opinión “la feminidad no está reñida con el feminismo (…) un beso es un gesto que no tiene que estar única y necesariamente asociado a una actitud sexual. Se besan los familiares, se besan los amigos y las amigas y en algunos países en lugar de darse la mano hasta los políticos se besan”. Por supuesto que la feminidad no está reñida con el feminismo… Y que los besos no tienen por qué conllevar un matiz sexual... Lo que es claramente cuestionable es la imagen estereotipada de la foto. Seguramente no es la más apropiada para el objetivo, promocionar un evento deportivo. ¿Qué es lo destacable? ¿el valor de haber ganado una prueba exigente físicamente o la imagen ‘perfecta’ y sexi después de haberlo hecho?

Probablemente nunca se hubiera utilizado una imagen equiparable para una carrera masculina. De hecho, en las propagandas de los eventos deportivos masculinos se suele poner en valor la fuerza, el esfuerzo, la fortaleza... Se utilizan imágenes en movimiento o que resaltan la llegada a la meta… Véase un ejemplo también de nuestro entorno:


Las imágenes tienen un gran poder de transmisión y educación. Es importante educar la mirada y la sensibilidad, tanto en hombres como en mujeres, desde la más tierna infancia. Existe una responsabilidad al elegir las imágenes (publicidad, carteles, artículos, libros…). Las imágenes causan un alto impacto, muchas veces transmiten de una forma no consciente. Y se puede hacer de forma diferente, es posible dar una imagen equilibrada y equiparable, siguiendo con el asunto del deporte. Veamos un ejemplo en el que lo que destaca es el poder, la fuerza, más allá del género…


El lema de la campaña de Emakunde de este año es “La desigualdad no nace, se hace. Podemos cambiarlo. Hagamos igualdad” y presenta la diferencia en los mensajes que reciben los jóvenes. En el caso de las chicas dichos mensajes están relacionados entre otros con la belleza, la bondad, la discreción, los cuidados y la dependencia; y en el caso de los chicos con la agresividad, el éxito, la ambición o la negación de los sentimientos. Esta campaña va en la línea de lo que estoy diciendo.

Animo a hombres y a mujeres a mirar las imágenes que nos encontramos con una actitud crítica y en clave de igualdad... “Hagamos igualdad”.