martes, 9 de julio de 2013

Educar en valores



Los días 4 y 5 de julio tuvieron lugar en la Universidad de Deusto las II Jornadas Interuniversitarias de Innovación Docente, en torno al tema de los valores. La ponencia inaugural estuvo a cargo del Dr. David Herrera, Catedrático de la Facultad de Liderazgo y Ciencias de la Educación en la Universidad de San Diego. El Dr. Miquel Martínez, Catedrático de Teoría de la Educación de la Universidad de Barcelona, dictó la ponencia de clausura. Ambas fueron muy interesantes y voy a reflejar aquí algunas de las ideas allí presentadas.

Empezaré destacando algunas reflexiones de la conferencia del Dr.Martínez "Los espacios de aprendizaje y de convivencia como espacios de aprendizaje ético".

La universidad contemporánea tiene que dar respuesta a cuatro dimensiones: 1) cultura de la ciencia, debe ser un espacio de pasión por el conocimiento y de creación del mismo; 2) cultura de la calidad, excelencia y equidad deben ir de la mano; 3) cultura docente, el profesorado tiene una tarea fundamental que es la de la indagación, debe contribuir a que el alumnado se haga preguntas y cuestione el conocimiento; 4) responsabilidad social. Según cómo se entiendan estas dimensiones la universidad se convertirá o no en un espacio de aprendizaje y de convivencia.

Cabría preguntarse por qué es necesaria una dimensión ética en la formación universitaria. Varias son las razones que aportó el profesor Martínez:
  • La universidad es un espacio de aprendizaje ético, que va más allá de proponer alguna asignatura o seminario al respecto. La propia institución debe ser ética y demostrarlo.
  • Se debe formar en el pluralismo (frente a los extremos del absolutismo y el relativismo) y en una ciudadanía colaborativa. Hay tres valores básicos sobre los que se pueden construir nuevos valores, siempre que no contradigan éstos: 1) autonomía de la persona; 2) diálogo, que es la única forma legítima de abordar los conflictos y diferencias; 3) respeto.
  • La universidad debe ser una comunidad de comunicación y diálogo. La universidad es un espacio privilegiado en el que aprender en la práctica qué supone ser miembro de una comunidad; es un espacio en el que trabajar el sentido de pertenencia. 
  • La universidad como espacio de participación y colaboración. En ella se puede aprender que es posible participar, que las cosas se pueden cambiar.

Y cuáles son las vías del aprendizaje ético: 1) prácticas y ejercicios; 2) observación; 3) elaboración y construcción autónoma. Son muchos los ámbitos susceptibles de integrar procesos de aprendizaje ético: a) los contenidos curriculares, que pueden facilitar o dificultar dicho aprendizaje; b) la relación profesorado-alumnado, en los ámbitos de la docencia, las tutorías y la relación interpersonal; c) las formas de organización social en las prácticas de aprendizaje y convivencia, que deberían combinar las individuales y las colaborativas; d) evaluación de los aprendizajes: el derecho a reclamar, la transparencia de los criterios, etc.; e) participación y sentido de pertenencia a la institución, se debe facilitar la participación auténtica para superar la inmunidad democrática que sufrimos en nuestra sociedad; f) implicación universidad-territorio-comunidad; g) integración de prestación de servicios a la comunidad (Aprendizaje y Servicio).

Continuaré con las aportaciones de la conferencia del profesor Herrera, "Una reflexión sobre los valores que vivimos para el logro de una formación integral".

Ya que hablamos de valores es bueno dar una definición. Según Brian Hall los valores son "ideales internos que dan sentido a nuestras vidas a través de las prioridades que establece cada uno y que se llevan a la práctica de forma consistente y repetida". Los valores se viven no se enuncian, influyen en nuestros comportamientos y se reflejan en ellos.

Para el logro de una formación integral el profesor Herrera propone cinco etapas:

ETAPA 1: Identificación de los valores prioritarios

Para identificar los valores propuso un interesante ejercicio de reflexión personal:

(para ver más grande la imagen pinchar sobre ella)

Nuestros valores instrumentales y terminales deben estar alineados. Si no actuamos conforme a valores que nos lleven a alcanzar los valores terminales nunca lo lograremos. Una primera reflexión importante es darnos cuenta de si son valores que ya tenemos o que nos gustaría tener.

ETAPA 2: Origen de nuestros valores

Teniendo presente que nuestros valores pueden estar influidos por otros (padres, maestros, amistades, figuras públicas, etc.) o por nuestras experiencias, una pregunta importante es si estos valores están originados en nuestro interior o nos vienen impuestos desde fuera. ¿Cómo distinguir esto? Por el discernimiento, a través de nuestra conciencia moral.

(para ver más grande la imagen pinchar sobre ella)

ETAPA 3: Integración después del discernimiento

Ante los valores impuestos, que nos vienen de fuera, caben tres acciones: 1) aceptarlos; 2) modificarlos; 3) rechazarlos.

"Es nuestro compromiso como personas íntegras a nuestros valores y al juicio que hacemos basado en esa comprensión de quiénes debemos ser y qué es lo que debemos hacer o no hacer" Richard Gula

ETAPA 4: Alineamiento de nuestros valores con el objetivo de la formación integral

Debemos hacernos varias preguntas: ¿mis valores prioritarios están alineados con el logro de este objetivo? ¿en cuál o cuáles de los valores alineados con el objetivo elijo crecer?...

ETAPA 5: Crecimiento a través de la formación de la conciencia

Para crecer en valores es necesario: 1) conocimiento, debo reflexionar y analizar cuáles son mis valores; 2) libertad de acción, es imprescindible escoger libremente en qué crecer desde el interior; 3) capacidad afectiva, se precisa sensibilidad emocional para percibir el efecto de mis valores tanto sobre mí como sobre otros.

Preciosa tarea y responsabilidad la que se nos presenta a los educadores y a las universidades...







1 comentario:

  1. Hola Arantza, felicidades por tu blog, siempre es interesante leer tus artículos.
    Un saludo desde Coatzacoalcos, México.

    Ricardo García Morales

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