A raíz del vídeo que incluyo al final, me vino a la cabeza un vídeo que vi en 1993 en un curso impartido por el Dr. Bernard M. Bass, un gran experto en liderazgo, que se titulaba "El poder de la visión". Allí se narraba la siguiente historia:
Un día, mientras caminaba por la
playa, vi a un joven que se agachaba, recogía algo de la arena y lo lanzaba al
mar. Repetía lo mismo una y otra vez… Al acercarme, me di cuenta de que lo que
recogía eran estrellas de mar y una a una las devolvía de nuevo al mar. Intrigado,
le pregunté por qué hacía eso y me respondió:
-"Arrojo estas estrellas de
mar al agua porque la marea es baja y si no lo hago rápido, morirán aquí
deshidratadas".
-"Entiendo, le dije, pero
debe haber millones de estrellas de mar sobre la arena y nunca podrás
devolverlas a todas. ¡Son demasiadas! Esto mismo sucederá probablemente en
cientos de playas a lo largo de la costa, ¿no estás haciendo algo que no tiene
sentido?"
El joven sonrió, se inclinó,
tomó una estrella de mar y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió:
-"Para ésta sí tuvo
sentido… para ésta y ésta también…". Sonreí yo también, me incliné y
acompañé al joven en su tarea...
Una tarea fundamental de todo líder es inspirar la visión. Simon Sinek, tiene un sugerente libro que se titula Star with why (que en España se ha traducido como "La clave es el porqué") en el que desarrolla la idea de qué es lo que inspira. "Seguimos a quienes lideran no porque tengamos que, sino porque queremos. Seguimos a quienes lideran no por ellos, sino por nosotros".
The Golden Circle, Simon Sinek |
Es muy sugerente su concepto del "Círculo dorado", que está inspirado en la proporción áurea y tiene base biológica. Todas las organizaciones conocen y pueden describir claramente el QUÉ-WHAT, en qué consiste su producto o servicio. Algunas personas y compañías saben el CÓMO-HOW, cuál es su valor diferencial, en qué son diferentes o mejores (y asumen erróneamente que eso motivará la 'compra'). Sin embargo, muy pocas personas u organizaciones saben el PORQUÉ-WHY, que no es ganar dinero (eso será el resultado), sino que se refiere al propósito, causa o creencia. Y es por eso que sus acciones, decisiones y comunicaciones van de fuera hacia adentro (del WHAT al WHY), cuando debería ser al contrario. Debemos comunicar de dentro hacia fuera; del porqué al qué. "La gente no compra lo que uno hace; compra el por qué lo hace". "Martin Luther King decía 'tengo un sueño'; no decía 'tengo un plan'". Cuando la comunicación se hace de dentro hacia fuera el porqué se ofrece como la razón para comprar y los qués (productos/servicios) son la prueba tangible de esa creencia. No quiere decir que conocer el porqué sea la única forma de tener éxito; pero sí es fundamental para mantener un éxito duradero basado en la flexibilidad y la innovación. Según Simon Sinek el concepto del círculo dorado tiene base biológica porque correlaciona con las tres partes del cerebro humano. El QUÉ se correspondería con el neocórtex (responsable del pensamiento racional, analítico y el lenguaje). Las dos secciones intermedias se corresponden con el cerebro límbico (responsable de los sentimientos, como la confianza o la lealtad, el comportamiento humano y la toma de decisiones; pero sin capacidad para el lenguaje). Hay que ganarse los corazones (cerebro límbico) y las mentes (neocórtex); y en ese orden. A la hora de tomar decisiones los porqués son primero; si no, la toma de decisiones se vuelve más lenta y difícil.
"La gente no compra lo que uno hace; compra el por qué lo hace", cuando uno habla de lo que cree atrae a quienes creen en lo mismo. Seguimos a los líderes no por ellos sino por nosotros.
Quiero acabar con unas palabras del final del libro de Simon Sinek (p.250, traducción propia): "Imaginemos qué ocurriría si todas las organizaciones empezaran con el PORQUÉ. Las decisiones serían más simples. Habría mayor lealtad. La confianza se convertiría en moneda de cambio. Si nuestros líderes se dedicaran a empezar con el PORQUÉ, reinaría el optimismo y la innovación prosperaría"