Cualquier separación es un desgarro, un fracaso, hay un duelo en toda regla (dicen que
es similar al de la muerte de un ser querido, con la diferencia de que en la
ruptura de pareja no dejamos ir, no soltamos). Ante una ruptura pasamos primero
por una fase de negación (“no es posible”, “con todo lo que he hecho”…) y
después de culpa (“Si hubiera…”, “si no hubiera…”, “hay algo en mí que no
funciona”, “soy un fracaso”, “no voy a lograr tener pareja”, etc.).
Hay muchas creencias
erróneas y mitos en la relación de pareja (ver al otro como príncipe-princesa,
necesitamos encontrar nuestra media naranja para ser felices, para que sea buena
un relación tiene que durar mucho, el amor para toda la vida…). Sin embargo, estamos en una relación para ser felices,
no para aguantar (como decían nuestros mayores). Lo importante es vivir en
presencia, en el aquí y el ahora, para poder disfrutar. El modelo de amor para
toda la vida ya no sirve para el momento que estamos viviendo. El modelo preestablecido,
el ideal social, es estar en pareja (si estás en pareja todo está bien en ti).
Depende del momento vital en el que estemos puede que necesitemos estar solos.
Tendríamos que preguntarnos por el propósito de estar en
pareja. Desde un punto de vista espiritual, podríamos decir que este propósito es ayudarnos a crecer, hacernos de espejo (para poder ver
nuestras sombras y convertirlas en luz). La vida potencia que al estar juntos nos
conozcamos y ambos nos sanemos. Un alma gemela no es alguien que te
complementa, sino alguien que te va a sacudir, retar, mover. Nadie te da lo que
no tienes en tu interior, pero te puede ayudar a descubrirlo. En esencia somos
amor, pero se nos ha olvidado, nos hemos ido poniéndonos máscaras con el
objetivo de recibir el amor y reconocimiento de los demás.
Cuando hemos vivido una experiencia de abandono de pequeños
(real o no, pero la hemos vivido como tal) la vida necesariamente te va a poner
un abandono, una ruptura de pareja en la edad adulta para tu sanación. La vida tiende al equilibrio. Necesito
la experiencia para cruzarla y sanarme. En la época de nuestros abuelos estos
procesos de crecimiento, a través de la relación de pareja, podía durar treinta
o cuarenta años. Los aprendizajes les llevaban mucho más tiempo. Ahora el ser
humano está despertando, estamos en la era de evolución de la conciencia. Ahora
ese aprendizaje puede ser mucho más corto. Y cuando el aprendizaje está
integrado, esa pareja ya no cumple su función, ha llegado el momento de soltar
y seguir evolucionando. Como tenemos el sistema de creencias de nuestros
mayores si rompemos una pareja nos sentimos mal, fracasados, defectuosos. Sin
embargo, la ruptura es un proceso natural. Para algunas personas la pareja dura
toda la vida, pero para otras no. Pensamos que si soltamos perdemos algo porque
no confiamos en la vida y sus procesos. Cuando tenemos algún aprendizaje
pendiente la vida nos lo vuelve a traer. Para
aprender a amar una parte muy importante es aprender a soltar y a confiar en la
vida y sus procesos.
Recapitulando, Covadonga hace los siguientes apuntes para
superar una ruptura de pareja:
- Mata la esperanza. No has perdido nada. Tenías que soltar. En lugar de llorar por lo perdido pregúntate qué aprendizajes puedes hacer.
- Fluye, confía, conéctate con el ahora. Todo el sufrimiento es resistencia a la vida.
- Deshazte de la culpa. Nada está mal en ti. Sé honesto, honesta, seguro que ya intuías que algo no funcionaba.
- El propósito de una relación de pareja es la sanación. La vida te va a proveer de todas aquellas parejas que necesites para tu aprendizaje.
- En pareja se aprenden unas cosas y en soledad otras (por ejemplo, integrar y gestionar nuestras emociones). Toda situación en la vida supone una oportunidad de sanación.
- El hombre o la mujer de tu vida eres tú. Todas las relaciones son un reflejo de amor propio.
- Una ruptura de pareja es un evento neutro, no es ni bueno ni malo. Tú decides si lo ves como un fracaso o como una oportunidad para desarrollar relaciones desde la igualdad. Lo importante es aprender para no repetir patrones disfuncionales y poder evolucionar.
Paso a comentar la
lectura que hago de estas ideas desde mi experiencia. Reconozco que me ha
costado mucho desterrar los mitos mencionados más arriba, superar el ideal del
amor romántico. He vivido en primera persona la idea errónea de “mi amor le
cambiará”. Viví una relación de 25 años (10 de noviazgo y 15 de matrimonio). La
herida tardó en cicatrizar y lo hizo con idas y venidas. Superé el miedo a
“quedarme sola”. Aprendí que no se puede mendigar amor, que no había nada malo
en mí, que no era una fracasada, que soy una persona completa, que si no estás
atenta corres el peligro de repetir patrones, que la evolución pasa por
quererme más y mejor, que la vida te da segundas (y más) oportunidades, que mis
hijos están mejor si yo estoy bien, que solo se puede construir una buena
relación desde el amor propio y el respeto a mí misma. Tardé en aprender, pero
me ha merecido la pena. He ganado en autoestima y confianza. Estoy más
capacitada para quererme bien y querer bien a otra persona, para construir
relaciones desde la igualdad.
La vida te va
poniendo en la vida las personas, no solo parejas, que necesitas para tu
aprendizaje. Algunas personas están siempre, otras solo en algún periodo y
otras van apareciendo en distintos momentos. Cada persona, cada encuentro te
posibilita el crecimiento. Y eso da color a la vida.
Para terminar, unos
versos de la canción de Rozalén La que
baila para ti:
“Me desprendo de esta lanza
Que este odio es el que mata
Y la rabia también ata
Y ya es hora de dejarnos ir
Ya no seré yo
La que baile para ti”
Referencias
- BiiA LAB (2018, 13 de julio). Cómo Superar Una Ruptura De Pareja - Covadonga Pérez Lozana. [archivo de vídeo] https://www.youtube.com/watch?v=-u-YmWnzWnI
- Rozalén (2019, 27 de noviembre). Rozalén - La Que Baila para Ti (Versión Náutico, Lengua de Signos). [archivo de vídeo] https://www.youtube.com/watch?v=9nwQ2RpIJJI