[He publicado esta entrada el 17.08.2020 en el Blog de Inteligencia Emocional de Eitb-desaparecido el 01.07.2024]
Hace unos días escuchaba, después de mucho tiempo de no hacerlo,
el tema Sueños de Diego Torres,
cantautor y actor argentino, muy conocido, además, por Color esperanza. El vídeo comienza con una pregunta, que más de una
vez me he hecho… Si pudieras volver el
tiempo atrás ¿harías lo mismo?
Hacerse esa pregunta es una gran tentación porque encierra la
ilusión de que cambiando una sola decisión cambiaríamos completamente el rumbo
de nuestra vida… ¡Como si existieran máquinas del tiempo que nos permitieran
volver a ese punto y ya todo sería perfecto! Ciertamente, hay momentos en los
que tomamos decisiones de gran trascendencia o que pueden tener unas consecuencias
muy relevantes. Hay elecciones que cruzan líneas de no retorno (como, por
ejemplo, matar a una persona), pero cada
acto y cada decisión nos marcan y nos modelan.
En clase de Ética, me
gusta insistir en la relación entre actos,
actitudes y carácter. Ninguna persona nace distinguiendo el bien del mal.
Es algo que vamos aprendiendo por lo que nos enseñan nuestras personas de
referencia y lo que vamos experimentando en carne propia. Desde el punto de
vista de la ética, cada acto es importante y puede ser bueno o malo. Más
importantes son las actitudes, que son predisposiciones que vamos desarrollando
por la repetición de actos. Y lo verdaderamente significativo es cómo es
nuestro carácter, esa segunda naturaleza, ese modo de ser adquirido que vamos
construyendo con nuestras elecciones y que puede tender hacia el bien o hacia
el mal.
Para mí,
quizá sea por mi momento vital, el sueño más destacado es aquel en el que
visualizo a la persona que quiero ser, que muestra la imagen con la que quiero
que me recuerden quienes me hayan conocido. Me mueve más la pregunta: ¿Es así
como quieres que te recuerden? ¿Esto te acerca a la persona que quieres ser? No
se trata tanto de pensar cómo hubiera sido mi vida de haber elegido otros
caminos, sino de ver cómo recorro el camino que me queda partiendo del lugar en
el que estoy y teniendo siempre presente cuál es el ideal de persona al que
quiero acercarme.
Me quedo con los versos finales de la canción…
Deja que tus sueños sean olas que se van
Libres como el viento en mitad del mar
Creo que la vida es un tesoro sin igual
De los buenos tiempos siempre quiero más
Deja que tus sueños sean olas que se van
Creo que la vida es un tesoro sin igual
Me dejo llevar.