viernes, 18 de septiembre de 2015

Reflexiones sobre Innovación social y educación


[He publicado esta entrada en el Blog del Máster en Innovación Social 
de la Universidad de Deusto el 17.09.2015]

Llevo unos días dando vueltas al tema de la educación. Se junta el hecho de que soy docente, la vuelta al cole de mis hijos y que recientemente he visto Los Chicos del Coro. Cada curso que comienza está lleno de ilusiones, de oportunidades y también de temores…  independientemente del lado en el que estés (docente o alumnado).

Los profesionales de la educación tenemos una bonita tarea y una gran responsabilidad en nuestras manos: “La educación tiene por objeto lograr el máximo desarrollo de las facultades intelectuales, físicas y emocionales de las nuevas generaciones, y al propio tiempo permitirles adquirir los elementos esenciales de la cultura humana. Tiene por tanto una doble dimensión, individual y social, íntimamente entrelazadas, cuyo cultivo constituye la base de una vida satisfactoria y enriquecedora” (Código deontológico de la profesión docente). Da igual el nivel educativo en el que estemos o las materias que impartamos, todos tenemos que tener claro que esa es nuestra misión.  Misión que se puede expresar de forma bella con las palabras del poeta guipuzcoano, Gabriel Celaya:

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.

Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
(Gabriel Celaya)

Lamentablemente la nuestra es una profesión dura en la que hay mucho estrés y mucho síndrome del quemado, que acaba afectando seriamente al profesional y también a las personas destinatarias de nuestra profesión.  Y no es algo que se ataja exclusivamente con vocación, que claramente es muy deseable en nuestro caso, o voluntad. Muchas veces las estructuras fagocitan o expulsan a quienes tratan de contribuir a la misión de la educación por vías diferentes, nuevas, alternativas... Baste como ejemplo el que ilustra la película que he mencionado al principio, Los chicos del coro.

Por eso quiero apelar a la innovación social en el campo de la educación, entendiendo como tal lo que dice la Comisión Europea: “Se trata de utilizar la ingeniosidad de las organizaciones caritativas, las asociaciones y los emprendedores sociales para encontrar nuevas formas de satisfacer las necesidades sociales que no están adecuadamente cubiertas por el mercado o el sector público. También puede tratarse de aprovechar esa misma ingeniosidad al objeto de producir los cambios de comportamiento necesarios para resolver los principales retos de la sociedad, como el cambio climático. Además de satisfacer necesidades sociales y abordar los retos de la sociedad, las innovaciones sociales capacitan a los ciudadanos y crean nuevas relaciones sociales y modelos de colaboración. Son, pues, innovadoras por sí mismas y buenas para la capacidad innovadora de la sociedad” (COM, 2010, 546 final, p.23). Tenemos que buscar nuevas vías, nuevas formas, para educar a las generaciones actuales que son radicalmente distintas a las de quienes participamos en su proceso educativo ya que son quienes van a tomar las decisiones y las riendas del mundo en un corto-medio plazo. Y no es cuestión sólo de cambios de planes de estudio y de reformas. Hace falta cambiar el ‘alma’ de muchas estructuras y muchos profesionales…

BIBLIOGRAFÍA
COM (2010, 546 final): Iniciativa emblemática de Europa 2020. Unión por la innovación. Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones. Disponible en: http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=URISERV:em0041 [Consulta 08.09.2015]

2 comentarios:

  1. Gracias por el recordatorio para no perder de vista el rumbo en el día a día!!
    Aitziber

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  2. Mi marido y yo siempre queríamos tener hijos ...pero soy infertil . Una de las opciones que me ayudo tener hijos es maternidad subrogada. Muchas gracias a aquellas mujeres de los vientres de alquiler que se sacrifican por nosotros, los que queremos simplemente ser feliz es y tener hijos , pero por cuestión de la naturaleza , Dios lo sabe por que no lo podemos . Pudimos ser padres con el centro de reproducción asistida de Feskov, Ucrania . Ya conocemos a varias parejas que se lograron su sueño ahí . Gracias a todos los médicos , el equipo del centro y por supuesto a nuestra gestante

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